Ha pasado un cierto tiempo de esta experiencia, pero es perfecta para compartir con vosotros; se trata de una escapada familiar a Roblelacasa, uno de los pueblos negros de Guadalajara. Allí, además de visitar varios pintorescos pueblos, hay varias rutas de senderismo, algunas fáciles y perfectas para hacer con niños.
Índice de contenidos
Hemos preparado este índice con los principales puntos destacables de esta publicación dedicada a una escapada familiar a Roblelacasa y su entorno.
Visitando Roblelacasa:
Ruta de senderismo a las cascadas:
Entorno de Roblelacasa:
Información general:
Esperamos que os sea de utilidad y os animéis a visitar esta zona de pueblos negros, haciendo una escapada familiar a Roblelacasa.
Preparando el viaje
Este pueblo, pedanía de Campillo de Ranas se conserva dentro de un entorno natural envidiable. No obstante, ha perdido el contacto con el hayedo de Guadalajara, que antaño estaba conectado con un único hayedo que se extendía por toda la Sierra de Ayllón.
Senderismo por Roblelacasa
Para llegar a esta zona de Guadalajara, nos adentramos desde la zona de Madrid de la Sierra del Rincón. Por ahí, pasamos por el Hayedo de la Montejo de la Sierra y la Hiruela.
Antaño solo existía un único hayedo, aunque quedó dividido entre las tres provincias, perdiendo el contacto.
Este fue, y sus restos siguen siéndolo, el hayedo más meridional de Europa, y una anomalía para este árbol, ya que necesita de más humedad y frescor. Pero el microclima de la Sierra de Ayllón permite que aún se conserve.
Escapada familiar a Roblelacasa, un pueblo negro
Por el camino, tuvimos que pasar por algunas carreteras de montaña ligeramente complicadas, aunque muy hermosas.
Roblelacasa, se trata de pueblo o pedanía de Campillo de Ranas. Destaca por una arquitectura de corte serrano en piedra de color que oscila entre el ocre y el negro, similar a la que se encuentra en la zona de Ayllón, en Segovia; de hecho, fue parte de la misma comarca.
Estas casas se ven que son muchas rehabilitaciones de las casas originales, que utilizan partes bien conservadas con otras partes nuevas, pero mimetizadas para no destacar.Aún quedan en pie los muros de una iglesia parroquia; pequeña y hecha en piedra y cal, como el resto de las construcciones.
Hay que aparcar en la zona superior, hasta donde llega la carretera. Allí se está habilitando un camino, aunque desconocemos qué van a conectar.
Bajando, hay varios carteles que indican varias rutas de senderismo. Las hay de diversa dificultad. Nosotros nos decantamos por la sencilla de pocos kilómetros, ideal para hacer con los pequeños de la casa.
Ruta de las cascadas
Saliendo de Roblelacasa, vamos a ir siguiendo varios senderos bastante bien marcados entre corrales de piedra de pizarra.
Algunos siguen estabulando vacas, así que cuidado con darse un susto con algún perro que protege al ganado; pueden ser ruidosos, pero no son un peligro; al menos durante nuestra visita no lo notamos.
Tras este tramo entre estos cercados de piedras superpuestas que se remontan a tiempos remotos, se alcanza una pista forestal.
La pista forestal
Esta parte es la más dura, y como se puede ver, tampoco es para tanto, ya que carece de grandes dificultades, pero debido a unos incendios han dejado la zona completamente devastada, sin sombras y sin atractivo próximo.
Cierto es que, este tramo es sencillo, aunque tiene algún desnivel que saltar, no es especialmente duro, salvo algún que otro tramito pequeño. No hay muchas desviaciones donde os podáis perder. Si acaso un único sitio puede suponer alguna duda, pero es sencillo. A la izquierda siempre.
Sobre todo, hay una tentación muy grande al ver un puente sobre el río Jarama de seguir la pista y cruzar el río. Pero ahí es donde hay que tomar un sendero que sale a la izquierda. Este sendero no es peligroso, pero tampoco hay que confiarse, porque va sobre una cornisa.
El sendero hacia las cascadas
Este es el último tramo, y posiblemente el más bonito. Como hemos dicho, puede ser ligeramente peligroso, especialmente si os acompañan niños que no tienen cuidado, pero con un poco de calma, no tiene por qué ser complicado.
Ya solo es cuestión de recorrer unos 300 metros por este sendero que llegaréis al Arroyo del Soto. Es este arroyo el que crea tres calderas que son las causantes de estas tres cascadas.
Para ganar una vista bonita, hay que cruzar el puentecillo de madera, subir unas cuantas rocas por la continuación del sendero y luego girar un poco a la derecha “campo a través”. Ahí hay un mirador de estas cascadas, aunque un poco más fuera de pista, hay otro ángulo igualmente hermoso, aunque sin protección anticaídas.
Un buen sitio para hacer un picnic
En nuestro caso, teníamos la comida con nosotros para hacer un picnic. No sabíamos cuándo ni donde lo tomaríamos, pero justo al lado del puentecillo sobre el Arroyo del Soto hay una pradera donde sentarte en el suelo.
Nosotros además encontramos una depresión junto al mismo arroyo que hacía que fuera aún más cómodo preparar el picnic.
De vuelta a Roblelacasa
Tras esto, ya solo queda regresar por el mismo camino. Esta vez más ligeros porque habíamos dado buena cuenta de la comida. Ojo, Llévate todo lo que traigas contigo, incluida la basura. Este es un espacio natural que hay que conservar virgen lo más posible.
La ruta es similar, no tiene pérdida. Si acaso se vuelve un tramo de unos 100 metros algo más complicada al tener que subir un desnivel de unos 20 metros que ante habíamos bajado. Pero salvo por este punto, no es nada complicado.
Otros pueblos que complementan la escapada familiar a Roblelacasa
Visita a Campillo de Ranas
Complementando a esta rutita sencilla a las cascadas de Roblelacasa, visitamos algunos de los pueblos negros más próximos del entorno y que nos pillaba de camino; Campillo de Ranas y El Espinar.
Este pueblo se le ve mucho más grande y activo, con varias casas rurales. Igual que Roblelacasa mantiene la arquitectura popular de los pueblos negros de la Sierra de Ayllón. El edificio más destacable es la iglesia, que es mucho más grande y mejor conservada que la ruina de Roblelacasa.
¿Qué ver o hacer en Campillo de Ranas?
Sin duda, la Iglesia de Santa María Magdalena de Campillo de Ranas, es elemento más destable de este pueblo. Junto a esta iglesia también está una fuente o pilón típico de estos pueblos serranos. Aunque pequeño, se puede recorrer andando en pocos minutos, este pueblo se le nota más vivo y dinámico, con más población estable y población visitante. Esto se nota mucho en cuestión de construcciones y negocios.
Además de casas rurales, en este pueblo puedes tomarte un café, como hicimos nosotros; o bien comer si llegas a tiempo, en el Restaurante Asador La tejera Negra. Un sitio que nos recomendaron los locales, por ser una cocina esmerada que, sin renunciar a los clásicos, se ha dedicado a innovar en la cocina, lo que lo ha hecho famoso como un lugar para eventos y bodas. Además, posee alojamientos para gente que quiera disfrutar de una noche en esta zona de la Sierra de Ayllón tan hermosa.
Otra opción es la Casa Rural La Casa del Sol, que aprovecha una construcción serrana original para transformarla en una casa rural integrada en la arquitectura de los Pueblos Negros. También puedes tomarte algo en la Casa Rural El Abejaruco. Otra construcción que, aunque moderna, respeta el estilo de las casas populares.
Otros elemento que no debes dejar de visitar es el Museo Roizo; un museo de miniaturas que representa construcciones típicas de la arquitectura de los pueblos negros, aperos tradicionales,.. vamos, casi un museo etnográfico en miniatura, con una calidad de detalles asombrosa.
Seguro que hay más cosas para visitar, pero estas son las que vimos. Es un pueblo interesante como lugar desde el dónde visitar la zona.
El Espinar
Este otro pueblo se encuentra a escasa distancia de Roblelacasa y Campillo de las Ranas. Está atravesada por la carretera GU186, junto a una colina con vegetación que ha sufrido recientemente un incendio. Esperamos que en breve vuelva a resurgir con su esplendor original.
Es bastante similar a Roblelacasa, una arquitectura popular de pueblo negro destaca el lavadero tradicional junto a uno de los accesos al pueblo. Hay un recinto que según nos contaron se trataba de una cancha de bolos.
La iglesia parroquial, poco más que una ermita, también usa la pizarra revestida de cal, como elemento constructivo. Posee en su espadaña el hueco para la campana.
Otros pueblos de la zona
Toda la zona está salpicada de pequeños pueblos o pedanías, muchos con escasa población, y otros directamente han quedado abandonados. Todos estos pueblos están incluidos dentro del área del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara.
Se caracterizan por su arquitectura popular conocida como Arquitectura negra. Aunque no visitamos más pueblos que los mencionados, sabemos por el mapa que dentro del municipio de Campillo de Ranas están también las pedanías, Campillejo y Robleluengo, además de los despoblados de El Vado, Matallana y La Vereda.
Información general
¿Cómo llegar?
Esta zona no es de fácil acceso, ya que para llegar a Roblelacasa, es necesario hacerlo por la carretera comarcal GU194, que es una carretera de montaña que, desde la Sierra del Rincón, tiene que saltar el río Jarama por el puente de la Muralla China.
O bien, por la carretera GU186. Si vienes desde la zona norte de la Sierra, aunque es casi peor, por ser mucho más montañoso.
¿Dónde comer?
Una gran ventaja de nuestro viaje fue que realizamos un picnic junto a las cascadas del Arroyo del Soto. Aunque como os hemos comentado, vimos varios lugares donde comer. Posiblemente el mejor sea en Campillo de Ranas en el Asador La Tejera Negra, especializado en grandes eventos.
También vimos algunos lugares en este pueblo. No nos pareció ver nada similar en El Espinar, pese a que dicen que es uno de los pueblos más bonitos de Guadalajara.
¿Dónde alojarte?
Y lo que si hay es bastantes casas rurales, pues es una zona muy atractiva. En El Espinar hemos visto la Casa Rural Carma; la verdad es que tiene buen aspecto.
Evidentemente, no hicimos noche, aunque como sitios chulos, los que vimos en Campillo de las Ranas. En internet hemos visto La Era de la Tía Donata o el que ya hemos indicado, Aldea Tejera Negra, en la calle Trilladores, 369.
Y como podéis comprobar, esta ruta de senderismo es una sencilla, de dificultad baja y perfecta para realizar una escapada familiar a Roblelacasa y los pueblos negros de Guadalajara, un ambiente natural a conocer y perfecto para ir iniciando en este deporte a los más pequeños.
¿Y vosotros? ¿Habéis hecho alguna escapada familiar a Roblelacasa o su entorno? ¿Qué otros destinos nos recomendarías similares para hacer en familia? Compartid vuestra experiencia dejándonos un comentario.