Esta es quizás, una de las publicaciones que hace más tiempo teníamos ganas de hacer, pues nos lleva a nuestra niñez, cuando durante una temporada, vivimos en Alicante; tiempos de despreocupación infantil. Y es quizás por esto, que cuando visitamos esta zona, siempre tratamos de revivir gran parte de estas experiencias que no debes perderte en Altea, porque están ligadas a un tiempo muy bonito.
Índice de contenidos
Hemos preparado este índice de contenidos, con los principales hitos de la publicación.
Qué no debes perderte en Altea
- Visitar en Altea.
- Playas de Altea.
- El casco urbano histórico de Altea.
- Las Torres de Bellaguarda y de la Galera.
- Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo.
- Paseo Marítimo.
- Actividades que puedes hacer en Altea.
Información general
Esperamos que os sea de utilidad y os animéis a visitar esta preciosa localidad alicantina que es mucho más que sol y playa.
Preparando el viaje
Cuando se ha vivido junto al mar, sobre todo siendo de una zona de interior, como es nuestro caso, quizás nos apetezca más es mar en sí, que la propia playa. Por eso, aunque en esta población de la Costa Blanca lo habitual es el turismo de Sol y Playa, vamos a tratar de descubriros que existen muchas más cosas que no debes perderte en Altea, si como nosotros, eres de inquieto.
Club Náutico Altea – Imagen de Visit Altea
Y es que, como siempre hemos bromeado, entre el paseo marítimo y el mar, la arena de la playa, nos sobra. Preferimos estar directamente en el mar, por ejemplo, disfrutando de un crucero, ya que puedes alquilar un barco en Altea, en alguno de sus puertos deportivos.
Qué no debes perderte en Altea
Como ya hemos indicado, a nosotros nos gusta en general más el patrimonio de las localidades que visitamos, que las playas en sí; pero no podemos obviar que Altea es una población costera donde las playas suelen ser el mayor reclamo.
Las playas de Altea
Evidentemente, Altea cuenta con un magnífico litoral con más de 8 kilómetros de costa, donde se alternan zonas de rocas, portuarias, calas y playas. Entre ellas, destacan:
Playa de la Olla – Imagen de Jos van Breemen
- La playa del Espigó: Es una playa que se perdió durante los años 70’s del siglo XX, pero fue recuperada tras unas obras que adecuaron la zona de la calle Conde de Altea en 2016.
- Playa de la Olla: Es una de las playas más tradicionales de Altea y se caracteriza por un pequeño islote a unos 500 metros de la playa.
- La playa del Cap Negret: Se trata de una playa de grava fina, por lo que suele tener unas aguas más limpias que otras.
- Cala del Mascarat. En esta zona de litoral se encuentra el Puerto Deportivo Campomanes. Esta zona está ya junto al litoral de Calpe.
- La punta del Mascarat. Este espigón natural de roca divide la costa entre la cala del Mascarat y la cala de bolos. Cuando se llenan las playas, mucha gente acude a estas rocas para tomar el sol también.
- Playa de la Roda: Se trata de la playa urbana de Altea, lo que hace que sea la más concurrida.
- La playa del Cap Blanch: Se trata de la más larga y ancha de todas las playas, aunque está compartida con la localidad de Alfaz del Pi.
Playa La Roda de Altea – Imagen de Beach Searcher
Casco urbano histórico de Altea
Como os decíamos, no somos muy amigos de la playa, aunque nos encanta el mar. No obstante, un pueblo como Altea, dispone de un casco histórico con un gran atractivo, de calles pequeñas que suben por una colina que domina el litoral, y que componen un conjunto artístico de gran relevancia, con sus casitas blancas y sus calles pequeñas que terminan en algunos miradores.
Son estas características lo que le ha permitido ser reconocida como una de las localidades más bonitas de la Costa Blanca.
Evidentemente un pueblo turístico, se ha expandido en nuevas zonas urbanas y urbanizaciones, que son sosas y sin ningún atractivo turístico como tal, pues es igual a casi cualquier otro pueblo costero, por esa razón, vamos a sugeriros, subir a las calles antiguas.
Callejuelas de Altea – Destino y Sabor
Podéis subir las calles con escaleras, o como nosotros, subir rodeando la colina, lo que hace que sea una subida más suave, por la calle Pont del Montcau, donde descubrimos un restaurante tapería muy recomendable, y luego callejear.
La antigua muralla
Subiendo por las callejuelas de casas encaladas y calles empedradas, llenas de historias y leyendas; vais a encontrar muchas tienditas de artesanía, ropa y cosas variadas, por lo que es un paseo muy agradable.
Al llegar a una cierta altura, las casas tienen una morfología curiosa, y es que estamos en las antiguas murallas, que se han transformado también en viviendas. Para entrar a las calles, se hace a través de unos arcos, y es que son las antiguas murallas de Altea, con sus puertas de entrada al recinto original.
Portal vell d’Altea – Imagen de Joan Bajo
Si las calles de subida eran bonitas, en el interior, ya es todo magia. Hay en la actualidad dos puertas originales, la del Portal Nou o Puerta del Mar; y el Portal Vell o Puerta de Valencia. También entre las viviendas, podréis encontrar algún resto de muralla renacentista integrado en el conjunto.
Perderse entre las calles de Altea
Aunque ya lo hemos indicado en muchas ocasiones, en este caso, es casi obligatorio. La mejor forma de descubrir los rincones de Altea es dejarse perder por sus callejuelas blancas y empedradas.
Calle de casas blancas de Altea – Destino y Sabor
Son una parte de la esencia del Mediterráneo, y que, casi; ojo, casi; es un pequeño Santorini. Y es que afortunadamente, la piqueta no ha hecho grandes estragos en esta parte de Altea, alejando a los depredadores urbanísticos hacia las playas y la zona baja del pueblo.
Por el camino, descubrirás locales interesantes, restaurantes y bares con románticas terrazas y balcones, y de vez en cuando, algún mirador abierto que permite disfrutar de vistas muy bellas al mediterráneo.
Las Torres de Bellaguarda y de la Galera
En la zona baja, entorno a lo que fue uno de los barrios históricos extramuros, se encuentra esta torre vigía de Bellaguarda. Guarda similitud con las muchas torres que conocemos en otras localidades de Alicante, y es que fueron construcciones del siglo XV y XVI construidas para vigilar la costa de los continuos ataques de los piratas berberíscos.
Torre de Bellaguarda – Imagen de Sendas y Leyendas
En cuanto a la Torre de la Galera, poco podemos decir más allá de su existencia, pues no la visitamos, aunque suponemos que seguirá la línea de la anterior.
Paseo Marítimo
Ya sea antes, o ya sea después de disfrutar de la zona alta de Altea, con su pequeño laberinto de callejuelas, otro imprescindible es disfrutar del paseo marítimo. Un paseo largo, que estaba en obras la última vez que estuvimos, pero que poseía ya muchos chiringuitos muy atractivos junto al mar y las playas donde disfrutar de una copa, un refresco, o en algunos sitios, comer o cenar.
Paseo marítimo por la noche – Imagen de Age Fotostock
Esta larga avenida junto al mar permite conectar las playas y sus dos puertos. Uno deportivo y el pesquero. Son algo más de 4 kilómetros.
Puertos deportivos
Altea cuenta con varios puertos, dos deportivos y otro de pesca. Son magníficas escusas para acercarte al mar de una forma distinta al solo Sol y Playa, sobre todo si te gusta ese ambiente.
Puerto Deportivo Luis Campomanes Marina Greenwich – Imagen de Visit Altea
Iglesia ortodoxa de Altea
Muy cerca de uno de los puertos deportivos de Altea, se levanta el primer templo ortodoxo edificado en España. Está dedicado al Arcángel San Miguel, y por lo que hemos averiguado, es una réplica de una iglesia ortodoxa rusa del siglo XVII.
Iglesia Ortodoxa de Altea – Imagen de Levante emv
Para su construcción se trajeron materiales de la región de los Urales.
Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo
Merece la pena dedicarle un punto propio a esta iglesia, pues debido a su belleza y situación, es casi un icono de Alicante, o incluso de Valencia.
Iglesia de La Consolación de Altea – Destino y Sabor
Históricamente, no es tan antigua como cabría esperar, pues la parroquia original se levantó a inicios del siglo XVII, junto al antiguo castillo que protegía la localidad. A mitad del siglo XIX, se realiza la construcción de la Capilla del Santísimo Cristo de Altea, y a finales de ese mismo siglo, se levanta el templo actual, en una mezcla de estilos barrocos y clasicistas.
Fachada principal de la Iglesia de Altea – Destino y Sabor
Exteriormente, la construcción es de un ladrillo que combina elementos casi modernistas con trazas barrocas; aunque el elemento más destacable son sus tejados, especialmente llamativas son sus cúpulas de tejas vidriadas, como azulejos, que son de colores azules y blancos muy vivos, que se combinan formando diseños geométricos.
Altea – Imagen de Micazu
El interior se articula en una planta de cruz latina, con una decoración neobarroca con motivos florales que recuerda el modernismo art noveau. Las dos tallas más importantes son las figuras de madera policromada del Santísimo Cristo del Sagrario y de Nuestra Señora del Consuelo.
Interior de la Iglesia de la Consolación – Imagen de Turismo de la Comunidad Valenciana
La plaza de la Iglesia
En torno a esta plaza, se abre un espacio abierto, un tanto irregular, y que está lleno de negocios turísticos, con restaurantes, bares y más tiendas de artesanías. Es un hervidero de actividad, aunque a medio día y por la tarde está casi todo cerrado, siendo la noche, el momento donde la actividad es casi frenética.
Terrazas en la Plaza de la Iglesia de Altea – Imagen de Age Fotostock
Desde esta plaza sale uno de los miradores más icónicos de la ciudadela, y una vista que no debes perderte en Altea.
Mirador de los Cronistas de España
Desde este mirador, tienes una de las vistas más recomendables de Altea.
Mirador de los Cronistas de España de Altea – Imagen de Tripkay
Actividades para hacer en Altea y alrededores
Si vais a estar varios días en Altea, incluso si sois de Sol y Playa, seguro que os gustará exprimir el destino a tope. En el mismo Altea, podréis disfrutar de una visita guiada por la ciudad vieja en un free tour.
Calles de casitas blancas de Altea – Age Fotostock
Pero tampoco os podéis olvidar que estáis a escasos 9 kilómetros de la bulliciosa Benidorm, una de las ciudades turísticas más interesantes de Europa. Allí podéis disfrutar del parque de atracciones Terra Mítica; su fiesta nocturna desenfrenada, o los románticos rincones del mirador o del Rincón de Lois.
Y hacia el norte, Calpe. Otra ciudad llena de interesantes atractivos, entre los que destacaríamos una visita guiada a la ciudad, un bautizo de buceo, o visitar el Peñón de Ifach.
Información general sobre Altea
¿Cómo llegar?
la población de Altea está muy bien comunicada por carretera. Muchos son los que llegan por la Autopista de peaje A7, aunque igualmente, si no tienes mucha prisa, puedes hacerlo siguiendo la Nacional N332.
Glorieta de entrada a Altea – Destino y Sabor
Y muy bien dicho, sin prisa, pues esta carretera de la costa es muy bonita, pero se congestiona mucho, haciendo que sea muy lenta. Otro servicio disponible desde Alicante ciudad es hacerlo en tren de vía estrecha, que saliendo desde la Playa del Postiguet.
Para dejar el coche
Aparcar puede ser complicado, pues Altea atrae a mucha gente que desde el interior viene a sus playas, aunque estas sean de guijarros y arena. Nosotros siempre hemos aparcado en la zona de la estación de trenes, aunque no sabemos cómo estará actualmente preparado el lugar.
Parking de detrás de la estación de trenes – Destino y Sabor
Traslados en avión
Otra forma de llegar a Altea, sobre todo para fuera de España, es hacerlo en avión, desde el Aeropuerto Internacional del Altet, o aeropuerto de Alicante. Podéis usar luego un transfer que os lleve en vehículo privado desde el aeropuerto a vuestro destino en Altea.
¿Dónde comer?
La verdad es que Altea está lleno de puestos donde disfrutar una variada gastronomía. Desde locales de alta cocina, de precios caros, a chiringuitos para turistas. De las mejores experiencias que recordamos, fue en la Tapería Ca Pere.
Restaurante Tapería Ca Pere – Imagen de La mesa del Conde
En la calle Pont del Montcau, donde disfrutamos a un precio muy bueno de una paella alicantina, que difiere ligeramente con la paella valenciana, junto con unos calamarcitos de costa pescados el mismo día y un vino blanco bien fresquito.
Paella de marisco alicantina en Ca Pere de Altea – Imagen de La mesa del Conde
Esta gastroexperiencia tan buena, la podéis conocer más a fondo gracias a los compañeros de La mesa del Conde, que hace ya tiempo la compartieron en su gastrosite.
¿Dónde alojarte?
Debido a que nosotros vivíamos en Alicante, a escasa distancia de Altea, nunca hemos necesitado alojarnos en Altea.
Fachada del Hostal la Perla de Altea – Imagen del Hotel
No obstante, visitando la web de booking, hemos encontrado este alojamiento, que para un turismo familiar nos encaja bastante. Se trata de Hostal Perla Blanca Altea.
Breve contexto histórico
Etimológicamente, el nombre de Altea podría proceder del griego Althaia, que vendría a significar “yo curo”, aunque también hay teorías que podría proceder del árabe andalusí aṭṭalaye’, que es como se designan las atalayas.
No obstante, arqueológicamente se han localizado restos procedente de poblaciones íberas, romanas y musulmanes, con lo que el establecimiento de la villa, bien pudo producirse en época prorromana.
Jaime I en Valencia – Imagen cortesía de mariaymalusanhi.blogspot.com.es
Durante la última fase de la reconquista en esta zona, Altea perteneció al reino de Taifa de Denia, siendo conquistada por Jaime I de Aragón en 1244, y ganando carta de puebla en 1279, de manos del rey Pedro III de Aragón.
Varios núcleos de población
Las poblaciones fueron asentándose en diferentes partes junto a la colina que domina el litoral. Pero debido a los continuos ataques de piratas berberiscos durante los siglos XIV y XV, la población no era estable, hasta la construcción de la línea de atalayas que permitió el asentamiento actual entre los siglos XVI y XVII.
Torre vigía del Cabo Cervera – Imagen de Trover
A inicios del siglo XVIII, la bahía de Altea fue testigo de la llegada de una flota angloholandesa, que apoyaba al bando Austracista durante la Guerra de Sucesión. El auge de la población se dio durante este siglo, donde la actividad agrícola, pesquera y comercial propició un incremento de población y el traslado definitivo de la población cerca de la costa.
Ya ves como una población como Altea, que para muchos puede ser exclusivamente una localidad costera más de la que disfrutar de Sol y Playa, puede ser un lugar súper interesante. Tan solo hace falta conocer algunos lugares que no debes perderte en Altea.
Y ahora es vuestro turno, ¿Habéis estado alguna vez en Altea? ¿Qué otras cosas creéis que deberíamos incluir en una publicación sobre que no debes perderte en Altea? Déjanoslo saber en los comentarios.
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