Posiblemente lo que más se conoce de Aranda de Duero sean sus vinos y sus asados de lechazo, tan buenos que son un estilo en sí mismo; pero igual sea menos conocido para el público general que bajo la capital de la Ribera del Duero burgalesa se esconde otra ciudad a 12 metros bajo tierra. Allí, en el subsuelo de Aranda de Duero se encuentran 135 bodegas, algunas de las cuales son visitables.
Este patrimonio, de más de 7 kilómetros de cuevas excavadas, suponen un auténtico “tesoro arquitectónico e histórico” que confiere una singularidad propia a esta localidad de Burgos.
Índice de contenidos
Para ayudarte con esta publicación, hemos confeccionado este índice de contenidos sobre las bodegas en el subsuelo de Aranda de Duero.
Principales atractivos patrimoniales de Aranda de Duero
Las Bodegas subterráneas de Aranda de Duero
- Las Bodegas de Aranda.
- Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino.
- Bodega de las Ánimas.
- Otras bodegas subterráneas que pueden visitarse.
- Las Jornadas del lechazo asado.
Información general:
Esperamos que sea de vuestro interés y utilidad.
Visita a Aranda de Duero
Vamos a centrarnos en el subsuelo de Aranda de Duero; pero, no obstante, esta localidad posee un patrimonio histórico artístico de primer nivel, con múltiples atractivos y propuestas para disfrutar de una buena escapada de turismo de interior, especialmente centrado en el enoturismo.
Principales atractivos de Aranda de Duero
Evidentemente lo primero que llama la atención de Aranda de Duero es su patrimonio visible; Su casco histórico una vez estuvo amurallado, aunque no quedan lienzos de muralla visibles, pero viendo como su perímetro original se ve sobre el plano, cabe la posibilidad de que algunos lienzos sean parte de los muros de alguna construcción histórica.
El trazado en el interior de este casco histórico ya se plasmó en un plano de época medieval-renacentista donde es muy sencillo localizar la mayor parte de las calles actuales de Aranda de Duero.
Iglesia de Santa Marí ala Real
Esta hermosa iglesia de Santa María la Real es un precioso templo del siglo XV con unas trazas de gótico isabelino de gran belleza. La fachada principal es obra del arquitecto Juan de Colonia. La apariencia actual se la debemos a una restauración hace unos pocos años cuando se celebró la muestra de arte sacro de Las Edades del Hombre, lo que supuso un trabajo de conservación para uno de los templos más hermosos de España.
Iglesia de San Juan Evangelista
Este templo es ligeramente más antiguo que el previo, aunque ya está edificado en un estilo gótico clásico. Actualmente está desacralizado. Durante los últimos años de la edad media estuvo integrado en la defensa de la ciudad. Es muy destacable el arco de entrada de estilo gótico.
Otro patrimonio de Aranda de Duero
Si bien lo más destacable en todas las guías de la ciudad son estos dos templos góticos, Aranda de Duero cuenta también con un patrimonio civil de gran relevancia y valor. Vamos a pasar muy rápidamente por ello.
Palacio de los Berdugo
Uno de los edificios más imponentes de la ciudad antigua, aún conserva dos escudos de armas de gran relevancia. Se trata de un edificio que ha pasado de padres a hijos y sigue siendo un edificio particular y no visitable, aunque podemos disfrutar de su hermosa fachada.
La Casa de Bolas
Se trata de un casón del siglo XVI que actualmente se usa como museo y pinacoteca. Muy interesante como complemento de una visita.
El Puente de Aranda
Es el puente mayor de la localidad y bastante “conocido” dentro del folclore popular castellano. No obstante, no se tiene constancia de él hasta la edad media, cuando tenía cuatro arcos de medio punto. Debido a las crecidas y otros desastres, este puente ha quedado encerrado por las diversas remodelaciones sufridas a lo largo de la historia, siendo la actual fisonomía del siglo XIX.
El puente románico
Este puente románico de un único arco y localizado junto a la iglesia de San Juan salta el río Bañuelo, apenas hoy un arroyo que vierte sus aguas en el río Duero.
Museo del Ferrocarril
En el pasado Aranda de Duero estuvo en una importante línea férrea, por lo que contaba con una importante estación. Aunque hoy carece del tráfico ferroviario de antaño, las instalaciones han sido recuperadas como museo del ferrocarril. Por problemas económicos ha estado cerrado desde hace unos años, y no sabemos si ya se ha reabierto a visitas.
Viaje al subsuelo de Aranda de Duero
Pero como hemos dicho, Aranda no es solo lo que se ve; tiene otros encantos ocultos a la vista y con igual capacidad de cautivar al visitante; y es que, bajo los pies, se esconden hasta 7 kilómetros de galerías excavadas entre los siglos XII al XVIII, con una profundidad de unos 10 a 12 metros, ajustándose al nivel freático del río.
Allí, en la paz y el silencio absoluto, maduran esos vinos de la Denominación de Origen de la Ribera del Duero, nacidos de sus cepas, en muchos casos, cepas viejas, que dan lugar a unos de los vinos más prestigiosos del mundo.
Las bodegas en la actualidad
Ciertamente estas cuevas ya no son los lagares y lugares de elaboración principales; aunque en muchos casos siguen siendo el lugar de crianza y guarda de barricas y botellas que permiten afinar sus contenidos. Esto hace que en algunos casos sean lugares de interés turístico.
Bajar hasta alguna de ellas –en especial a la Bodega de las Ánimas, que forma parte del Centro de Interpretación del Vino– es sentir el palpitar de una tierra de vino. Así, al volver a la superficie, sentir una degustación de uno de estos vinos acompañados de un sabroso Lechazo Asado a la arandina crean una armonía perfecta.
Historia de las bodegas
Para comprender aquellas bodegas visitables en Aranda de Duero, es necesario conocer la propia historia de la ciudad de Aranda de Duero, marcada por el cultivo de la vid y profundamente enraizada con el producto de la misma: el vino.
Tanto es así que durante la Edad Media casi cada familia poseía una bodega bajo su hogar, que le permitía almacenar su producción vinícola en cubas que prácticamente ocupaban el espacio de las naves. Así es como con el paso de los años y la colaboración de los vecinos se lograron excavar casi 7 kilómetros de túneles o galerías.
Las galerías de las bodegas del subsuelo de Aranda de Duero están construidas con arco de medio punto resuelto en piedra de sillería para proteger las bóvedas.
Gracias a las zarceras, chimeneas que sirven como respiraderos de ventilación se lograba mantener unas condiciones de temperatura y humedad constantes a lo largo de todo el año, independientemente de la climatología exterior. De este entramado de bodegas –de las que actualmente se conservan 135– que en 2015 obtuvo la calificación de Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de ‘Conjunto Etnológico’.
La experiencia
El descenso de estos 10 o 12 metros a cualquiera de ellas, con su mágica penumbra, es como emprender un viaje emocional al centro de la tierra; Adentrarse hasta el mismísimo corazón de la ciudad. Pero también es admirar el esfuerzo y la tenacidad de unas gentes que, con sus propias manos, construyeron esos habitáculos en los que, con mimo y paciencia, se iban gestando sus vinos.
Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino
Para poner en valor esta gran seña de identidad del subsuelo de Aranda de Duero se creó este Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino, el CIAVIN; situado en un edificio del siglo XVIII, en plaza Mayor.
Y como no podría ser menos, siendo parte del mismo, una bodega subterránea original de Aranda de Duero.
La Bodega de las Ánimas
Formando parte de CIAVIN, la Bodega de las Ánimas, situada en la calle Santa María, frente a la iglesia de Santa María la Real; está concebida como un espacio museístico en el que, a través de la recreación de diferentes escenas y los aperos de labranza, ayuda a comprender y valorar el trabajo realizado en otras épocas para la elaboración y producción de vino.
Otras bodegas subterráneas que pueden visitarse
Aunque son muchas bodegas, no todas son visitables; no obstante, os vamos a contar algunas que sí es posible visitar de una forma ordenada; lo que no quita que en ocasiones hemos tenido la fortuna de ser invitados de algunas otras particulares.
Bodega del Restaurante El Lagar de Isilla, en la calle Isilla 18; un clásico fácilmente visitable donde los socios de la bodega, amigos y colaboradores mantienen sus tesoros líquidos tanto en barricas como en botellas.
La Bodega Histórica Don Carlos; en la calle Isilla, 1. Su origen se remonta a finales del siglo XIV y principios del XV, ofrece visitas guiadas con posterior degustación.
La Bodega las Caballerizas, en la calle Cascajar. Rehabilitada en 2015, realiza periódicamente visitas teatralizadas.
La bodega de Ribiertete es un bodega donde además de conocer una bodega original, se celebran catas y eventos relacionados con el vino.
El cierre con un broche de oro
Y una vez finalizada cualquier visita a estas u otras bodegas subterráneas, nada mejor para descansar, reflexionar sobre la experiencia y dar capricho al paladar que degustar el plato principal arandino: el Lechazo Asado de Aranda de Duero.
En Aranda de Duero hay diez asadores que participan asiduamente en las Jornadas del Lechazo, siendo una excelente opción para disfrutar de lo mejor de gastronomía de la Ribera burgalesa. Así destables son el Restaurante Aitana, Casa Florencio, La Casona de la Vid, El 51 Del Sol, El Lagar de Isilla, Hotel Montermoso, Finca los Rastrojos, Asador Tudanca, Asador Baldios u Hotel-restaurante El Ventorro.
Jornadas del Lechazo asado
Estas jornadas se celebran desde hace 20 años en noviembre, con un menú especial para ellas… pero el Lechazo Asado puede degustarse en Aranda del Duero durante todo el año… perfectamente maridado con los vinos de la DO Ribera del Duero.
Información general de Aranda de Duero
¿Cómo llegar?
Aranda de Duero es una localidad muy bien comunicada al estar en el cruce de la autovía A1, Madrid-Burgos y la futura (y eternamente en construcción) Autovía del Duero, A11.
¿Dónde comer?
Como os hemos dicho, lo más típico para un visitante a Aranda de Duero es disfrutar de un asado de lechazo al estilo arandino. Una delicia gastronómica de la Ribera del Duero. Para ello hay muchos asadores, como los participantes en las Jornadas del Lechazo asado.
Pero también lo es terminar una comida con el típico pastel de hojaldre de los mesones arandinos que son una delicia de las confiterías y obradores del grupo Tudanca.
Por supuesto, otras delicias que te recomendamos son la famosa torta de Aranda, un pan de aceite de un sabor y textura ideales; y la morcilla de arroz típica de Burgos, que de pueblo en pueblo cambia ligeramente de forma que no sean nunca dos iguales según su origen.
No obstante, si lo que te gusta es ir de tapas, Aranda de Duero posee muchos bares y restaurantes especializados en lo pequeño. Los compañeros de Destino Castilla y León ya hicieron una relación de una ruta de tapas que han hecho en alguna ocasión.
¿Dónde alojarte?
Quizás este sea el punto más flojo de Aranda de Duero, y aun así hay bastante ofertan tanto en el propio Aranda de Duero como en su entorno. Nosotros conocemos el Hotel (aunque son dos) del Área Tudanca, a escasa distancia del centro de Aranda de Duero. Son interesantes y cómodos tanto el hotel de 2** como el hotel de 3**; Buscando más en el centro (aunque no nos hemos alojado), parece interesante el Hotel Alisi.
Un poco más al norte, tenéis el hotel Montermoso; un hotel muy interesante con habitaciones con distintos estilos, que van desde lo más clásico, a estancias modernas y funcionales que hacen rima con el mundo del vino.
Breve historia de Aranda de Duero
Esta zona del Duero, con una muela de roca hizo que fuera un lugar donde los pueblos celtíberos se asentaran y levantaran un castro. Con la romanización, se estableció una pequeña población que dependía de la ciudad romana de Clunia, de la que dista 36 kilómetros.
Los arévacos y los colonos romanos se mezclaron hasta su total romanización. Esta población hispanorromana no tendrá problemas para convivir con la nueva élite visigoda, aunque esta zona si que entraría en el desierto del Duero durante la alta edad media. Su reconquista en el siglo X fue muy importante, pues asentaba la frontera entre el norte cristiano y el sur musulmán en el Duero.
Tras la conquista del Reino de Toledo por Alfonso VI, la frontera pasará el Sistema Central quedando Aranda en la zona tranquila. Aranda pasará a ser villa de realengo, por lo que depende directamente de la corona de Castilla. Es durante la baja edad media cuándo empezarán las excavaciones en el subsuelo de Aranda de Duero para realizar estas bodegas subterráneas; ya que, la uva y la elaboración de vinos para abastecer a la creciente población, dio origen a una floreciente economía para la villa y su entorno.
Durante la incipiente edad moderna, Aranda de Duero, aunque sin mucho entusiasmo, paso al bando de los Comuneros de Castilla, aunque siendo villa de realengo, no tuvo muchas consecuencias tras la derrota de Villalar. Estas excavaciones en el subsuelo de Aranda de Duero permitieron proteger a la población durante la invasión francesa.