Queremos compartir con vosotros nuestros viajes a destinos cercanos a Castilla y León, que se encuentren vinculados con nuestra historia y gastronomía. Es el caso de Trujillo, ciudad de conquistadores donde aún resuena en sus calles el esplendor de su pasado.
Cómo llegar a Trujillo
Trujillo se encuentra en la autovía A-5 que comunica con Badajoz y Madrid, aunque también podrás llegar por la autovía en construcción A-58 que enlazará España con Portugal. Actualmente ya está abierto el tramo a Cáceres.
Ver Trujillo en un mapa más grande
Desde lejos ya se avista Trujillo, que se asienta sobre un promontorio coronando un amplio valle. Según nos vamos acercando contemplamos la hermosa campiña extremeña. El paisaje está plagado de nidos de cigüeñas, y estas ya casi permanecen casi todo el año, y es que el clima extremeño no es como lo pintan, ni es extremo, ni es duro. Sus inviernos son moderados, con lluvias abundantes en la primavera y veranos cálidos; Ideal para los buenos pastos.
El origen del nombre de Extremadura
El nombre de la región, sería Estremotajum, ya que «Estremadura» hacía referencia al carácter de frontera del río Duero (en Soria), y del río Tajo, como ya os contamos en la historia de Catalañazor (Soria) Es curioso como en el escudo de Soria si aparece su vinculación con «Estremadura» y no en los escudos de Trujillo, Cáceres y Badajoz.
Actualmente se distingue en Trujillo tres zonas diferenciadas. La ciudad alta y más antigua, la ciudad media, del siglo XV en adelante, con enormes casones e iglesias renacentistas y barrocas, y la ciudad nueva, edificada en el siglo XX.
Breve Historia de Trujillo
Es posible que los pueblos vettones edificaran un castro en lo alto de la colina de Trujillo, por su ubicación privilegiada dominando un amplio valle. Lo que si sabemos es que los romanos sí edificaron en el castro, creando el asentamiento de Turgalium.
Las invasiones godas y el asentamiento del reino visigodo de Toledo incrementaron la importancia de la ciudad, ya que su posición privilegiada hacía un lugar de control excelente pues la atalaya permitía vigilar el acceso al valle desde las montañas de Castilla y León al valle del tajo.
Con la llegada del dominio islámico, Trujillo tiene una reedificación defensiva. De esta época se conserva el castillo o alcázar; aunque solo la parte de la cimentación y algunos muros.
Al igual que los árabes van a reaprovechar cimientos de otras civilizaciones para construir sus edificios, con la conquista de Trujillo por el señor Fernando Rodríguez de Castro «el Castellano», demolerán las construcciones anteriores, reedificando y usando aquello que resultase interesante para los cristianos. Debido a esto, aún vamos a encontrar algunas cimentaciones árabes en los casones más viejos.
Tras varios cambios de señor, Trujillo fue conquistada nuevamente por las tropas andalusíes, hasta que una campaña capitaneada por el Obispo de Plasencia, con el apoyo del rey de castellanoleones Fernando III, reconquista la ciudad en 1232.
Los nuevos pobladores de Trujillo, muy prácticos ellos, aprovechan todas las construcciones que se encuentran para adaptarlas a sus necesidades, y aquellas que no eran interesantes, las destruyen para aprovechar sus materiales de construcción y crear edificaciones genuinamente cristianas.
Se aprovechó la muralla y el alcázar, aunque con modificaciones. Las familias nobiliarias eran las encargadas de defender una parte de la muralla, ya que poseían casas fortificadas adosadas a la muralla cuya misión era proteger de los ataques musulmanes de fuera y de las rencillas del interior.
En el siglo XV, unificados los reinos de León y Castilla en una única corona, Trujillo recibe el título de ciudad de la mano del Rey Juan II. Durante este siglo convulso, los habitantes de Trujillo van a verse involucrados en las guerras civiles entre Juana ‘la Beltraneja’ e Isabel ‘La Católica’, tomando partido por Doña Isabel.
Inicio de la época dorada de Trujillo
Es a finales de este siglo cuando debido a la pobreza, muchos deciden salir a buscar fortuna. El descubrimiento de América abrió una esperanza y muchos hidalgos que se hicieron exploradores del muevo mundo.
Destacan especialmente Francisco Pizarro, el conquistador del Imperio Inca, extendido entre los actuales países de Ecuador, Perú y Bolivia y Francisco de Orellana, descubridor del río Amazonas. Con él, otros muchos trujillanos realizaron un viaje a la aventura. Muchos no regresaron, pero otros pocos volvieron tremendamente ricos.
Entre ellos, Pizarro. Actualmente se exhibe su estatua ecuestre en la plaza mayor de Trujillo.
Como otras ciudades de la vieja Castilla, los siglo XV, XVI y XVII suponen una época de esplendor, pero pasada esta época y hasta finales del siglo XX no habrá una recuperación socio económica.
Actualmente es una ciudad con un rico pasado que debido al poco desarrollo económico, no se ha derribado para reconstruir en nuevos estilos, por lo que, al igual que Cáceres, se presenta tal y como nos la cedieron nuestros antepasados.
Qué ver en Trujillo
Durante nuestra visita, dejamos el coche en la parte nueva, junto al ayuntamiento. Desde esta plaza es fácil recorrer la ciudad media. No por nada, Trujillo es una ciudad Patrimonio de la Humanidad. Encuentra una buena relación de imprescindibles aquí.
Entorno de la Plaza Mayor de Trujillo
Esta parte de la ciudad posee los mejores casones renacentistas que se rodean la plaza mayor.
Grandes casones renacentistas
La plaza mayor es una plaza de arquitectura renacentista y planta rectangular a los pies del promontorio de la ciudad medieval. Destacan las casas palacios conocidas como los Palacios de los Marqueses de la Conquista, el de los Orellana-Pizarro, el de los Duques de San Carlos, el del Marquesado de Piedras Albas y el de Santa Marta. Son unos de los mejores ejemplos del estilo plateresco cacereño.
En esta plaza se encuentra también la iglesia de San Martín de Trujillo. Resulta una mezcla poco homogénea de estilos, aunque se podría denominar gótico tardío, con trazas isabelinas. La construcción domina la plaza y por su aspecto parece casi más una construcción defensiva que una iglesia.
En esta plaza encontrarás la oficina de turismo.
Subida a la ciudad vieja
Vamos a subir hacia la ciudad alta por la calle Ballesteros. Cuidado porque es una calle habilitada para el tráfico rodado y os podéis encontrar algún coche.
Entramos por el arco de San Andrés a la ciudad vieja amurallada. Si en la ciudad media hablábamos de una ciudad de corte renacentista plateresco, aquí encontramos una ciudad claramente medieval.
Se conservan los casones fortaleza nobiliarios adosados a la muralla. Tras estos casones, encontramos casas menos fortificadas, pero no por ello menos antiguas.
No es muy grande, por lo que lo ideal es dejarse llevar por el instinto y perderse por sus calles. En la parte más alta se encuentra el alcázar. Es posible visitarlo reservando aquí.
Igualmente interesante son las iglesias de Santiago, en estilo románico tardío y la Colegiata de Santa María de la Mayor, en estilo gótico aunque con mezclas de otros estilos que se han ido superponiendo en una mezcla un tanto ecleptica.
En la parte oeste, encontramos los restos de una iglesia gótica franciscana, destruida por los franceses durante la ocupación napoleónica.
Actualmente en la parte reconstruida se haya la sede y museo de la Coria, fundación Javier de Salas, dedicada a la conservación del pasado histórico de Trujillo.
Dado que Trujillo no es muy grande, déjate sorprender por sus calles y gentes. Es una ciudad tranquila, de calles empedradas donde cada piedra y rincón nos hablan de su rico pasado. Merece la pena perderse por Trujillo durante al menos una hora contemplando sus impresionantes casonas.
Antiguo alcazar, castillo de Trujillo
El castillo de Trujillo se encuentra en la parte alta. Es una fortaleza construida entre el siglo IX y el siglo XII. Lo más antiguo que se conserva de él son dos aljibes árabes. Está construido con sillería de granito y sus murallas se defienden con varias torres cuadradas. La entrada tiene un arco de herradura y una imagen de la Virgen de la Victoria, patrona de Trujillo. En el siglo XV se le añadió un segundo recinto amurallado o albacara.
También en la parte alta se encuentra la casa museo de los Pizarro. Se trata de un casón del siglo XIV donde nació Francisco Pizarro.
Dónde comer en Trujilo
Déjate conquistar por la gastronomía de Trujillo. Por nuestra experiencia allí, podemos decirte que tan bueno es salir de tapas como almorzar en alguno de los restaurantes de la plaza mayor.
En el entorno de la plaza mayor de Trujillo y en la parte alta encontrarás algunos locales donde ofrecen una pequeña tapa gratis con la consumición. Si bien estaban sabrosas, no son tan abundantes como para «comer de tapas» por lo que finalmente nos decidimos por tomar unas raciones en uno de los restaurantes de la plaza mayor. Acompañamos una torta de queso del Casar con un vino cañamero. ¡Nos supo a gloria!
Por otra experiencia reciente os diremos que en el hotel NH de Trujillo hay un menú del día por 20€ que es realmente fantástico. Con una atención exquisita y una calidad y presentación que nos sorprendió gratamente.
Gastronomía de Trujillo
La gastronomía de Trujillo es típicamente extremeña, en la que se mezclan influencias castellanas con las andalusíes. Entre todo su amplio recetario, destacan las famosas migas extremeñas, frite de cabrito, Moraga, landrillas de ternera, criadillas de la tierra con espárragos trigueros, las sopas de obispo con gallina y la sopa de tomate.
En esta localidad se encuentra el Museo del Queso y del Vino, además de celebrarse anualmente la Feria Internacional del Queso.
Información turística
Encuentra más información sobre qué ver en Trujillo a través de la web de la oficina de Turismo:
Web de la oficina de turismo de Trujillo.
O en el teléfono +34 927 32 26 77
Y hasta aquí unas breves pinceladas de nuestra experiencia vivida en Trujillo. Un lugar que no debes dejar de de visitar. ¡Te conquitará!
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