Finalmente iniciamos esta nueva andadura. Qué mejor que comenzar por uno de los destinos más interesantes que puedes encontrar y que en muchos casos no te esperas. Hablamos de la ciudad del Turia, Valencia.
Cómo llegar a Valencia
Valencia está perfectamente comunicada. Es el final de una de las autovías más importantes de España, que une Madrid hasta la costa. Se trata de la Autovía A3. Pero igualmente está conectada por otra autovía principal que recorre la costa levantina española, la Autopista AP7.
Para visitantes internacionales, existe la alternativa de avión, tomando tierra en el aeropuerto internacional de Manises, o bien en trenes de alta velocidad, en la estación Joaquín Sorolla. Para los más aventureros que recorran el mediterráneo en barco, hay muchos cruceros que tienen escala en esta preciosa ciudad.
Historia de Valencia
La ciudad hunde sus raíces en la época romana, durante el siglo II. Esta ciudad fue una importante ciudad colonial romana, con una gran población hispanorromana. Con la llegada de la invasión árabe, hubo un cambio de costumbres y religión, aunque perduro internamente una lengua hispanovisigótica, con la que se encontró Jaime I el Conquistador en 1238.
Durante la baja edad media, consolidada la reconquista de la Corona Aragonesa, los comerciantes valencianos se lanzaron a la conquista de nuevos mercados en el mediterráneo. Esto supuso la edad dorada del reino de Valencia. Aunque esta época acabo con el descubrimiento del nuevo mundo, trasladando el eje comercial hacia Sevilla y Cádiz.
Qué visitar en Valencia
Como todas las ciudades con gran historia, Valencia es una urbe con un casco histórico rico en monumentos y detalles. No todos fáciles de ver para el ojo no habituado. Vamos a empezar un recorrido básico a la ciudad. No quiere decir que no haya más cosas, que ver, al contrario, pero te dejamos que desde este punto seas tú el que se haga su propio itinerario.
Ruta por el casco antiguo: barrio del Carmen
Vamos a empezar junto a uno de los edificios más ilustres de la ciudad. Se trata de la Lonja de la Seda. Este palacio gótico representó el esplendor de la ciudad. Aunque existe un mito que en España no existe arquitectura gótica civil, este es un clarísimo ejemplo de que no es así.
En el interior encontramos un gótico muy elegante, con alegorías sobre el bien y el mal, puesto que el mercado se basaba en la capacidad de confiar en el otro. Así, un comerciante que engañaba, no solo recibía el castigo divino, también en la tierra perdía su honorabilidad. Durante la época de apogeo, a este puerto llegaban las sedas procedentes de Asia, tejidos de Italia,.. pero se compraban y se vendían a veces sin ver el género, por lo que el honor era fundamental.
Justo al lado, nos encontramos con el mercado de abastos. Un precioso ejemplo de arquitectura en hierro modernista. Actualmente restaurado, aconsejamos dar una vuelta por los puestos tradicionales de frutas, verduras y pescados. Igualmente, y posiblemente como ocurriera en época romana, son muchos los puestos de comida donde ‘pillar’ un tentempié.
Desde este mercado, vamos a bordearlo hasta encontrar la iglesia de Los Santos Juanes. Muy cerca se encuentra aún un taller fallero, o Casal Faller. En la calle Pintor Domingo se encuentra uno que visitamos.
Para aquellos que desconozcan la tradición fallera, más allá de las esculturas satíricas que representan y se queman en Valencia en San José, estos casals son agrupaciones por barrios que funcionan durante todo el año a modo de centros sociales, donde los socios participan de múltiples actividades. Una de las formas más interesantes de conocer gente cuando se llega a la ciudad es apuntándose a uno de estos casals. En su interior se mantiene viva la tradición, con talleres de bailes típicos, gastronomía,.. además de realizar la falla.
Desde este casal faller, pasaremos por la iglesia Gótica de Santa Catalina. Se trata de una preciosa iglesia, a la que en el siglo XVII se le levantó un curioso campanario barroco de planta hexagonal. Posiblemente de los más bellos en su estilo. En su origen se trato de una de las mezquitas de la ciudad árabe.
Un poco a la derecha daremos con la conocida como la Plaza Redonda. Se trata de una plaza completamente circular por la que se entra por varios arcos. Se trata de una plaza que antaño albergo un mercado popular, que tras una reciente restauración y recuperación ha vuelto a ser un foco de atención para los valencianos y también para los turistas.
Justo junto a la Iglesia de Santa Catalina encontramos la que parece ser la casa con la fachada más estrecha del mundo. No es el edificio más estrecho, que parece estar en Ámsterdam, pero sí, de fachada a la calle. Menos de 1 metro. Pero luego se abre hacia el interior. Es una simple curiosidad, pero es de las casas más fotografiadas de Valencia.
Muy cerca de este punto, encontramos la horchatería de Santa Catalina. Posiblemente una de las más antiguas y con más tradición de las que se conservan, ya que tiene más de dos siglos. Se encuentra en la Plaza de Santa Catalina, 6. En este establecimiento siguen elaborando la horchata, bebida tradicional de Valencia con la receta original, usando las mejores chufas de la huerta valenciana. Una de las mejores formas de disfrutar de esta deliciosa bebida es con unos fartons.
La Catedral de Valencia
Desde aquí, nos iremos tranquilamente a buscar la catedral. Dedicada a la Asunción de Nuestra Señora de Valencia, esta catedral se nos antoja ligeramente inacabada. No obstante, la construcción posee unas formas muy armoniosas que combinan el gótico con el barroco en una de las fachadas más bonitas de las que conocemos.
En esta formidable portada, aún se puede ver el lugar donde se colocan unas rejas de hierro fundido, señalando donde se reúne, el conocido el Tribunal de las Aguas. Este tribunal está formado por 9 personas. Este cuerpo judicial posee reconocimiento en nuestra Constitución, con capacidad en este tribunal para repartir justicia en asuntos de repartos de aguas de los regadíos de la región. No olvidemos que estamos en una comarca donde el agua es un bien muy necesario para los arrozales y las huertas.
Es una de grandes atracciones de la ciudad, ya que solo se reúnen todos los jueves.
Cualquiera puede llevar un caso a este tribunal, que tras escuchar a los implicados y estudiar las pruebas aportadas, reparte justicia.
Otro de los atractivos de esta magnífica catedral de Valencia se trata de su torre campanario de ocho lados, cuyo perímetro es la altura. Este efecto fue buscado intencionadamente.
Nos vamos a ir hacia la plaza frente a la fachada principal. Si pudiéramos viajar en el tiempo, descubriríamos en esta plaza el foro romano de la ciudad. El lugar que ocupa hoy la catedral seguramente se tratase de un templo pagano romano. Al fondo de esta plaza, encontramos la casa de Calatraba.
Iremos por la calle del Comte d’Almodóvar, buscando uno de los cafés con más solera de la ciudad. Se trata del conocidísimo “Café de las Horas”, donde a finales del siglo XIX se reunían intelectuales y artistas de la época para debatir sobre el momento que les toco vivir. Pero además este local se ha hecho famoso por ser uno de los creadores de uno de los coctels más típicos de la ciudad.
El Agua de Valencia
En el Café de las Horas aún se sigue preparando el Agua de Valencia según la receta original, no por nada fue en uno de los sitios donde empezó a comercializarse. La receta es muy sencilla, y como nos dijeron, puede encontrarse en internet en su canal de youtube. Para que no tengas que buscarlo te lo dejamos aquí. ¡Qué aproveche, porque está muy bueno!.
Murallas y Torres de Serranos
Y ya de la ciudad nos va quedando menos. Iremos hacia las antiguas puertas de la ciudad. Las conocidas como Torres de Serranos, que conservan unos metros de la muralla. Aunque de la muralla no nos quedan apenas restos, como todas las ciudades de la época, Valencia poseía varias murallas. Algunas netamente defensivas, otras de carácter mucho más administrativas, ya que permitían cobrar impuestos por el tránsito de mercancías.
Actualmente no quedan pocos paños de muralla, pero afortunadamente se conservan estas maravillosas torres que defendían una de las puertas. En torno a Valencia además se daba un foso defensivo.
Estas puertas se cerraban todas las noches, por lo que aquellos que no llegaban a tiempo, se quedaban sin poder entrar. Probablemente de este hecho se deba la expresión de “Quedarse a la luna de Valencia”.
Frente a estas puertas se encuentra uno de los puentes históricos de la ciudad. Hoy ya no es transitado por vehículos. Este puente sobre el río Turia fue importante en su día. Aunque hoy vemos un cauce mínimo, porque el río está desviado, aún en época Franco se recuerda una de las mayores riadas, que aconsejaron esta obra de ingeniería que preserva Valencia de estas crecidas.
Sobre el cauce del Turia, podemos hoy disfrutar de un magnífico parque longitudinal. Es un mini pulmón verde para la ciudad. En una tarde de verano, si se tiene tiempo, es uno de los paseos más agradables.
Bajando por este cauce, es decir bordeando la ciudad original de Valencia, llegamos al otro gran foco de atención de la ciudad. La Ciudad de las Artes y las Ciencias.
La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia
Sin duda uno de los signos más internacionales de Valencia, y casi de España. Se trata de una serie de construcciones, edificaciones y puentes, originales del arquitecto Calatraba. Son: El teatro de la Ópera, Palacio de las Artes Reina Sofía, el Oceanográfico, L’Hemisfèric, el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, L’Umbracle, el Puente de l’Assut de l’Or y el edificio del Ágora.
Sin entrar a valorar el valor artístico, su utilidad real o su coste, es un conjunto artístico de gran poder de atracción. Ninguna visita a la ciudad está completa sin esta visita.
Y hasta aquí nuestra visita a esta ciudad de Valencia. Sin duda nuestra estancia fue escasa, lo que hizo que no pudiéramos disfrutar de muchas más cosas. ¿Por qué no nos dejas un comentario con ideas para nuestra próxima visita a la ciudad del Turia?