Posiblemente para cualquiera que viva en Madrid, este parque no resulte ninguna novedad, o quizás sí. El Parque del Capricho, o la Alameda de Osuna es un Jardín romántico que nos llega desde el siglo XIX, mandado organizar por el Duque de Osuna, como una finca de recreo donde poder olvidarse de los vaivenes de la corte de Madrid.
Índice de contenidos de la publicación
Para ayudarte a usar este contenido, sobre todo si vienes de fuera de Madrid, o bien no conoces la zona, hemos creado este índice de contenidos:
Principales lugares del Parque bajo:
- Preparando la visita al Parque del Capricho.
- Exedra y Plaza de los Emperadores.
- Palacete de los Duques de Osuna.
- Bunker de Miaja.
Por el Parque alto:
- Templete de Baco.
- El Abejero.
- El Fortín Artillado.
- La ría, el lago y el embarcadero.
- El casino de baile.
Bajamos de nuevo a la zona baja por otros senderos:
Información adicional para visitar el Parque del Capricho:
- ¿Cómo llegar?
- ¿Dónde comer?
- ¿Dónde alojarte?
- Breve contexto histórico.
- Normas para visitar el Parque del Capricho.
Esperamos que sean de utilidad. Pulsando sobre cada punto, puedes ir directamente a esa información.
Principales atracciones del Parque del Capricho
Este fue un parque de recreo, por lo que posee además de lujoso palacio, actualmente aún no visitable, toda la zona ajardinada es visitable y hermosa durante todas las épocas del año.
Una visita al Parque del Capricho
A mismo parque se entra desde la calle Paseo de la Alameda de Osuna, 25. La puerta posee varios tornos vigilados por la seguridad del parque. Si llevas comida no te dejarán pasarla. Sirve a modo de control de entrada, pero el acceso el gratuito. Tienen unas taquillas por si queréis dejar algo.
Lo primero que encuentras es una plaza circular, conocida como la Plaza de Toros del Capricho. Tras esto, el camino te lleva a lo largo de un precioso jardín neoclásico con pequeños parterres (jardines de estilo francés). A la derecha, y como estamos en un jardín romántico, se conserva un laberinto de tiempo de los duques de Osuna, ya que se recuperaron los planos originales.
Exedra y Plaza de los Emperadores
Tras esto, llegamos a la conocida como la Exedra y Plaza de los Emperadores. Un espacio abierto de forma ovalada presidida por una escultura en una exedra. Esta plaza está decorada con bustos de emperadores romanos, de ahí su nombre. La Exedra está rodeada por efigies con cabeza femeninas.
Al fondo, ya podremos ver el palacio de los Duques de Osuna; Pero antes de llegar por un parterre, que es una forma de organizar un jardín realizando simetrías. Al fin de este paseo, se encuentra la Fuente de los delfines.
Palacete de los Duques de Osuna
Tras esto, una construcción neoclásica de finales del siglo XVIII. Este palacio, cuya fachada principal está remada por unas columnas y una escalera real no es visitable. Según nos han contado, en su interior prácticamente no hay nada, pues el nieto de la artífice de este Parque del Capricho, murió arruinado, y sus posesiones subastadas para pagar las deudas contraídas.
No obstante, en otro tiempo hubo una gran cantidad de cuadros y grabados de Goya, ya que este era un protegido de la familia de Osuna y la que principalmente compraba sus cuadros. Durante nuestra última visita estaba en obras, creemos que se está preparando para su apertura.
Bunker de Miaja
Durante la Guerra Civil Española, el cuartel general del Estado Mayor del Ejército del Centro se encontraba en esta finca. Bajo la ladera, se construyó un bunker donde se encontraba el General Miaja, el general al mando de la defensa de Madrid.
Existen visitas guiadas a estas instalaciones, durante la época de pandemia están restringidas a grupos reducidos, por lo que es complicado visitarlo sin reserva previa. Por esto, nosotros solo lo conocemos por fotografías de internet, siendo unas grutas artificiales que recuerdan a las antiguas estaciones de metro del Metro de Madrid.
El acceso se encuentra junto al mismo Palacio de los Duques de Osuna.
Subiendo hacia el parque alto
Este Parque posee dos zonas muy diferenciadas, en la parte baja se encuentran los jardines franceses, el laberinto y el Palacete de los Duques de Osuna, pero existen varios caminos que ascienden una ladera hacia otra zona, el Parque Alto, que es más salvaje y usa la vegetación original con grandes árboles, una vaguada y otros elementos ornamentales, tanto naturales, como artificiales.
Templo de Baco
Posiblemente el templete más fotografiado de Madrid. Es uno de los iconos del parque y donde la foto es casi obligatoria. Es una construcción de gran simplicidad, pues consta de una columnata dispuesta formando un círculo, aunque sin crear una techumbre.
En el centro del mismo, se encuentra una escultura dedicada a este dios mitológico de la cultura griega. Este templete, al estar al borde de la parte alta de la colina posee unas vistas muy hermosas del parque.
El abejero
Este parque era un lujo, tanto, que hasta las colmenas que recogen el néctar de los lirios, la flor favorita de la Duquesa de Osuna, tienen sus colmenas dentro de un pequeño palacio.
En su interior, se conserva una escultura de Venus, una diosa mitológica griega, con una historia movidita, ya que fue esculpida, hecha y rehecha por diversos autores a lo largo del tiempo, ya que no se conseguía nunca quedar a gusto del escultor.
Este edificio estaba diseñado para que se pudiera ver el trabajo de las abejas, elaborando miel, desde la seguridad de unas mamparas transparentes.
En la zona, como si fueran enormes setas de ladrillo; se tratan de respiraderos y chimeneas de los búnkeres en el interior de la ladera.
En el Jardín alto
Obelisco de la Rueda de Saturno
Seguimos subiendo por alguno de los caminos existentes. Así encontramos un obelisco que sostiene una escultura. Estamos en la plaza de la Rueda de Saturno; Y es que es “Saturno, devorando a sus hijos”, la escultura que corona este obelisco que se encuentra en el centro de un área circular, con 6 caminos, a modo de brazos que forman una rueda.
Es una alegoría al paso del tiempo y al ciclo de la vida y la muerte, presente siempre en la humanidad.
Aunque claro, siempre hay quien quiere ver en esta alegoría también unos mensajes masónicos, algo que tampoco sería totalmente descartable, como recordemos que existía en los jardines de La Quinta da Regaleira, de Sintra.
Algo más arriba existe un lago artificial que hace de depósito de los lagos, canales y saltos de agua del resto del parque.
El Fortín artillado
Esta parte alta estaba dedicada a los juegos de niños. Así se conserva dónde estaban varios columpios, aunque ya no queda ninguno. Pero sí encontramos una curiosa formación, de baluartes a pequeña escala y rodeado de por un foso inundado.
Se trata de un fortín, que poseía una pasarela para acceder al interior. Aunque esto nos parezca extraño, los niños del siglo XIX de alta sociedad solían dedicarse al ejército, por lo que, desde pequeños, estos juegos los ayudaban a “empaparse” de la vida militar.
Este fortín contaba con elementos hoy desaparecidos, como caseta del vigilante, un barracón y hasta 12 cañones en miniatura de bronce.
Casa del artillero
Otra ruina, recuerdo de otro tiempo, es esta construcción, hoy muy abandonada, aunque estabilizada parece una especie de pequeño castillo medieval; Incluso en sus mejores tiempos, esta edificación debió tener un aspecto envejecido.
Hoy su interior no es visitable, aunque si te asomas por las ventanas, puedes ver que en algún momento tuvo una techumbre y una subida un primer piso. Lo mejor y más bonito para nosotros, es el suelo. Posee un empedrado de cantos rodados muy hermoso, que era la forma tradicional de pavimentar los suelos.
La ría, el lago y el embarcadero
Seguimos por la zona alta; junto al fortín pasa un canal, simulando una ría. Además de canal para llevar agua, era navegable en pequeñas chalupas. Incluso tiene un puente para saltar una vaguada dentro del parque.
Así llegamos al lago. En su centro, en una isla, se conserva una escultura que recuerda al Duque de Osuna, D. Pedro Téllez Girón III, Duque de Osuna, Virrey de Nápoles.
En este lago se encuentra un embarcadero, cuyo interior se encuentra decorado con varios trampantojos, y en exterior, la decoración está hecha con juncos y cañas, de ahí su nombre de “Casa de Cañas”, que recuerda una construcción ligeramente oriental.
Al lado se levanta un puente de hierro, que actualmente no se puede pasar. Es antiguo, tanto, que hasta donde se tiene registro, es el primer puente de hierro de la comunidad de Madrid, ya que fue construido en 1830.
En el pasado, debieron existir otras construcciones ligeras, pero actualmente solo conservamos los pavimentos y sus accesos, al estar realizados con un empedrado de pequeño canto rodado formando figuras geométricas. Eran un quiosco y otro embarcadero.
El casino de baile
Nosotros lo haremos a pie, pero en otra época, los invitados tomaban una barca en este lago y seguían recorriendo la ría artificial, hasta llegar a un edificio neoclásico que es un gran salón de fiestas, con terrazas y sala de baile.
No hemos podido nunca visitar su interior, pero según parece, en su planta baja se encuentran las maquinas que mantienen los flujos de agua, y en la parte superior, de planta octogonal un salón de baile con espejos y pinturas murales.
En esta zona, hay unos jardines de flores, muy clásicos, que sirven de fondo a las vistas desde las terrazas del salón de baile.
Bajamos por el sendero
Visto el jardín alto, bajamos tranquilamente, puedes hacerlo por varios senderos, así que te puedes encontrar tres sorpresas más. Una entrada al polvorín de la Guerra Civil, que evidentemente está en desuso y cerrado. Pero un poco más abajo, también hay una ermita en “ruinas” y la casa de un labrador.
La ermita en ruinas
Este parque era un área recreativa, por lo que se le quería incluir todo lujo de detalles para sorprender a los visitantes de los Duques de Osuna. Así, se construyó esta ermita, con varios trampantojos para parecer más amplia y más vieja.
Parece ser que hasta una persona lo habitó un tiempo, como un auténtico eremita. Pero a su fallecimiento, fue sustituido por un autómata que simulaba ser una persona. No se pretendía ser real, si no, solo simularlo, para dar ambientación.
La casa del labrador, o casa de la vieja
Esta construcción, visible desde la plaza de toros de la entrada, es otro ejemplo de escenario creado para simular una actividad agrícola. Esta vivienda es tan solo un escenario, y en su interior no hay nada.
Pero fuera, había otro autómata que parecía ser el labrador que trabajaba esas tierras. Actualmente, en el frontal de la casa, hay un pequeño huerto, con verduras de temporada.
Otros encantos escondidos
Existen otros detalles escondidos en este Parque del Capricho, aunque generalmente no son visitables libremente, quizás en una visita guiada gestionada por el ayuntamiento. Así hay unos invernaderos, la Gruta del Jardín, las casas de oficio y la conocida como casa de vaca.
Puedes conocer mejor la disposición del parque en el mapa que tan bien han realizado la gente de Una Ventana de Madrid.
Abrir el mapa y la web de Una Ventana de Madrid.
Información adicional para visitar el Parque del Capricho
Complementando el contenido del parque, te compartimos información de interés para una visita al Parque del Capricho.
¿Cómo llegar?
Para llegar al Parque del Capricho, puede hacerlo en transporte público, en metro usando la línea 5 en la estación “Alameda de Osuna”. También en bus, hay tres líneas que pasan próximas; las Líneas de autobuses 101, 105 y 151. Y si eres de los que no puedes dejar el coche, puedes aparcar muy próximo, en una zona de estacionamiento frente al Camping El Capricho.
¿Dónde dormir?
Evidentemente, si eres de Madrid, no precisarás alojamiento. Luego, como acabamos de mencionar, este parque se puede visitar sin necesidad de coche, ya que hay autobuses urbanos y metro que te permiten llegar.
No obstante, si estas de paso en la ciudad y te apetece conocer esta zona. Al estar relativamente cerca del aeropuerto internacional de Madrid-Barajas-Adolfo Suarez, tienes bastante oferta hotelera, aunque igual cara, como Novotel Campo De Las Naciones, o el NH Barajas Airport.
No obstante, nosotros recomendamos lugares más próximos al casco histórico de la ciudad, porque es donde se puede vivir más el ambiente de Madrid. Así, por ejemplo, en plan económico, el Hostal Santa Barbara o los hoteles Ibis, Ibis Centro o Ibis Las Ventas. Confortables y bien situados.
¿Dónde comer?
Ya os hemos comentado que no se puede comer en el propio parque, y la zona no posee una gran oferta. Aunque en una ocasión tomamos algo informal en la taberna del Camping El Capricho, que se encuentra justo al lado.
Es un sitio cómodo y sencillo, pero recordamos una comida de corte gallego muy buena; aunque ahora mismo según su web está cerrado, imaginamos que por el tema del Covid.
Normas del Parque del Capricho
El horario de visita del parque del capricho cambia a lo largo del año.
- Del 1 de octubre al 31 de marzo: sábados, domingos y festivos de 9 a 18:30 horas (nota: el acceso está permitido hasta las 18:00 h; cierre de puertas a las 18:30 h).
- Del 1 de abril al 30 de septiembre: sábados, domingos y festivos de 9 a 21 horas (nota: el acceso está permitido hasta las 20:30 h; cierre de puertas a las 21:00 h).
No está permitido traer comida, por lo que no se puede hacer un picnic en su interior. Tampoco se permite, aunque se suele hacer la vista gorda, salirse de los senderos del parque o entrar en las construcciones en sus 14 Ha de superficie.
Tampoco se pueden traer animales sueltos.
Breve contexto histórico
Las 14 Ha. que ocupa este parque, pertenecen al actual distrito de Barajas; en el pasad contuvieron una fortaleza militar de la baja edad media, de la que hoy apenas se conservan los cimientos y algunos muros, aunque en una rehabilitación moderna nos permite volver a disfrutar parcialmente de este castillo medieval ordenado construir por la importante familia de los Mendoza.
Esta zona, fue puesta a disposición por la familia de los Zapatas, vinculados a la villa de Madrid desde la baja edad media. En este castillo, falleció, en cautiverio, Pedro Téllez-Girón y Velasco, III Duque de Osuna y gran amigo y protector de Francisco de Quevedo. Debido a esto, su viuda, la condesa de Benavente, decidió comprar las tierras adyacentes, que, con el tiempo, dieron lugar a esta finca de la Alameda de Osuna.
Y así llegaría hasta finales del siglo XVIII, cuando María Josefa Pimentel, duquesa consorte de Osuna adquirió esta la finca, para construir en ella una zona de recreo para su familia y amigos. Para ello, contrató a al arquitecto de la corte, Pablo Boutelou, que daría inicio a los trabajos de construcción en 1787.
Durante la Guerra Civil fue un refugio antiaéreo, y cuartel del Estado de Mayor del Ejército del Centro, encargado de defender Madrid del avance de las tropas nacionales. Aún es posible visitar los bunkers y los refugios antiaéreos. Desde mediados de los 70’s del siglo pasado, es propiedad del Ayuntamiento, que se encarga de su conservación y permite su visita y disfruta de todos aquellos que quieran acercarse a él.
Y ya, solo nos queda recomendarte darte un paseo por este parque, que cambia su cara en cada estación del año, por lo que sea la época que sea, es siempre un lugar hermoso y lleno de romanticismo. Y tal y como era nuestro objetivo, esperamos haberte mostrado que existen parques únicos en la capital de España, que no siempre suelen estar en los itinerarios turísticos habituales.
En ocasiones, como esta, por estar algo desplazados del centro de la ciudad se quedan sin visitar, pero si tienes tiempo, te recomendamos ir a disfrutar de este entorno tan único, como lo es este Parque del Capricho o la Alameda de Osuna.
¿Y vosotros? ¿Conocías ya este Parque del Capricho de Madrid? ¿Qué te parece la existencia de esta atracción natural tan cerca de la ciudad? Déjanos un comentario con otros parques similares, en Madrid, o en tu ciudad de origen para que los podamos visitar.
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Lo conozco, aunque ya me gustaría conocerlo en su totalidad, incluido el Palacio, pero desgraciadamente no es así.
Te pasean por el búnker y nada más.
Ya podían abrirlo al público
Al final se perderá como todo.