Los lectores habituales, sabrán que pasamos unos días en Asturias, donde entre otras cosas, visitamos el Museo del Jurásico de Asturias. Otra de las escapadas que realizamos fue la subida a Covadonga y a los Lagos de Enol, en pleno corazón de los Picos de Europa asturianos. En esta entrada, os vamos a hablar de la experiencia visitando el Real Sitio de Covadonga.
Información de interés
Cómo llegar
Tanto el Covadonga como los lagos, están en el entorno de Cangas de Onís. Por tanto, lo más fácil es dirigirte a Cangas, y desde ahí seguir la señalización a Covadonga, por la AS-262. A los lagos no se puede subir en vehículo particular entre las 9 de la mañana y las 9 de la tarde. Por lo que hay que dejar el coche en alguno de los estacionamientos disuasorios que hay llegando, y desde ahí tomar una lanzadera.
Dónde alojarte
Hasta donde sabemos, no hay una gran oferta hotelera en el propio Covadonga, aunque si existen algunos interesantes hoteles en Covadonga. No obstante, por el camino desde Cangas hay gran cantidad de hoteles y casas rurales. Casi diríamos a cuál más bonito. Así, os sugerimos quedaros en Cangas de Onís, Ribadesella, Lastres o Llanes,.. aunque las posibilidades en la zona son múltiples en el entorno.
Dónde comer
Si bien hoteles no hay muchos, o son pequeños, en cuanto a restaurantes hay gran cantidad y variedad, para dar servicio a los múltiples visitantes que pasan por la zona. En los propios hoteles próximos al santuario poseen sus restaurantes, a los que nosotros no entramos, ya que lo hicimos en el Restaurante Sidrería Covadonga. Un lugar bastante simple, con terraza, donde puedes disfrutar de un magnífico cachopo. Ganador del galardón como ”Segundo mejor cachopo de España”.
No obstante, para aquellos más amigos del picnic, en el entorno hay muchos lugares tranquilos donde disfrutar de la comida que llevéis vosotros. No obstante, si hacéis esto, no olvidéis en recoger toda la basura que generéis, ya que el lugar es un Real Sitio y además, está protegido como Parque Nacional.
Visita al Real Sitio de Covadonga
El real sitio de Covadonga se compone de la Cueva Santa, el Real Monasterio de San Pedro y la Basílica de Nuestra Señora de Covadonga. Como os hemos dicho, aunque hay donde aparcar, el espacio disponible no es mucho, y hay muchos aparcamientos disuasorios antes de llegar; por lo que es posible que si no llegáis muy pronto, o muy tarde, tengáis problema para aparcar.
Nosotros nos la jugamos y como era “tarde”, pudimos aparcar en la zona más alta, junto a la basílica, pero fue suerte.
Historia del lugar
Este sitio es muy especial para España, ya que aquí se refugiaron en el 722 el caudillo de origen visigodo Pelayo, (al menos eso se cree que es su origen) con sus últimos 300 hombres, acompañados por sus familias. Allí, la tradición indica que se le apareció la Virgen María, dándole ánimos para entablar la batalla de Covadonga.
Allí, sus tropas, diezmaron un ejército sarraceno de mayores dimensiones, aunque sin duda, no tanto como las crónicas nos indican, que sin lugar a dudas están exageradísimas. El caso es que esta fue la primera batalla ganada por los cristianos contra el Islam invasor, y supuso el establecimiento de la primera área de resistencia estable que, fue preludio de la reconquista, y que llevaría casi 7 siglos.
Basílica de Covadonga
Este templo es posiblemente lo más destacable visualmente hablando, ya que corona una colina en medio del valle. Este templo aunque pueda parecer medieval, no lo es. Es una construcción neorrománica y toques neogóticos, edificada a finales del siglo XIX e inaugurada en 1901 por Alfonso XIII.
El origen de esta basílica está en el incendio de 1777 que sufrió la iglesia de madera construida en el 740 por Alfonso I el Católico en la Cueva Santa. En aquel primitivo templo se veneraba la imagen de la Virgen de Covadonga, conocida en Asturias como La Santina. Tras casi un siglo sin un lugar donde rendir culto en Covadonga, Alfonso XII encargó al arquitecto alemán Roberto Frassinelli la construcción del nuevo tempo. No obstante, finalmente, la obra fue llevada a cabo por el arquitecto Federico Aparici.
La basílica está construida dentro de los cánones del estilo románico, con tres naves, transepto y cabecera rematada en tres ábsides. Las bóvedas de arista cubren las diferentes naves. La fachada es espectacular, con el remate de dos torres campanarios románicas, pero acabados en una preciosas agujas, casi góticas. Las formas y colores destacan en su entorno, como un foco de atención.
En el interior, donde no permiten realizar fotografías, se venera en la capilla mayor, una imagen de Nuestra Señora obra del escultor decimonónico Juan Samsó.
La Cueva Santa
Este es el punto más importante de este Real Sitio, ya que en esta cueva es donde la tradición indica que la Virgen María se apareció a Don Pelayo. En su interior fue donde el Rey Alfonso I, yerno de Pelayo, construyó la primera iglesia; aquella que se terminaría quemando casi 1000 años después.
Actualmente, para llegar a esta cueva hay dos opciones. La primera y más simple es por un túnel escavado en la roca de la montaña y que permite llegar a la propia cueva. Por el camino, totalmente llano, se pasa por varios lugares de culto, incluida una apertura natural donde hay 3 cruces mirando a la basílica y finalmente se llega a la cueva; donde se guarda una copia de la talla de La Santina.
Esta escultura fue ejecutada en el siglo XVI y donada por el Cabildo de la Catedral de Oviedo en 1778. Junto a esta talla, se encuentra la iglesia original.
También, en la cueva se encuentra el Panteón de los primeros reyes Asturianos. Allí reposan, según está escrito, Don Pelayo; su mujer, Gaudiosa; una hermana de Don Pelayo, Alfonso I, su yerno, y su esposa la reina Ermesinda e hija de Pelayo.
La otra forma de acceder es por las escaleras originales, subiendo desde la base de la laguna formada por la cascada que surge desde la Cueva Santa. En la base de esta escalera está un acceso a una residencia católica; cuyo claustro, así como, una capilla abierta al culto, se pueden visitar libremente.
Explanada, santuario, campana y parque del Príncipe
Entre la Basílica de Covadonga y la entrada a la Cueva Santa, se encuentra la explanada. Junto a la basílica hay unos jardines, entre los que se encuentra la escultura de bronce del escultor Gerardo Zaragoza, realizada en 1964, como homenaje a Don Pelayo. También en estos jardines junto a la basílica, está la bajada a la cripta, la única parte que llego a construir Roberto Frassinelli.
En esta explanada también está una zona de parking, pequeña; el Centro de recepción de visitantes, y el Museo del Real Sitio de Covadonga. Esta zona es sobre todo de paso entre la basílica y la cueva.
También aquí, se halla la conocida como la Campanona; que es una campana de tres metros de altura y 4 toneladas construida en 1900 por el escultor italiano Francesco Saverio Sortini. Igualmente, al lado se encuentra el Obelisco, coronado con la réplica de la Cruz de la Victoria de 1857, donde la tradición indica que fue coronado Don Pelayo, algo sin mucho fundamente, pues no es Favila I (hijo de Pelayo) y su cuñado Alfonso I (cuñado del anterior y yerno de Pelayo), que lo nombran rey. Este punto lo llaman «El Repelao».
El Parque del Príncipe son unos jardines que aprovechan los desniveles entre la colina de la Basílica y el cauce del reguero generado por la cascada que cae desde la Cueva Santa y que alimenta al río Reinazo. Estos jardines, en su parte superior tiene un estilo muy clasicista, pero la parte de abajo es mucho más «salvaje». Es muy atractivo para caminar un ratito.
Y como veis, visitar Covadonga es tener una experiencia con la historia, con la naturaleza, también con el arte, representado por la basílica. Este lugar es muy especial para Asturias, pero también para el resto de España y de Portugal (incluido).
En la próxima entrada, os hablaremos del complemento a esta visita, la subida a los Lagos de Enol.