Pese a que nuestra experiencia en Italia es grande, hemos vivido varios años de nuestra vida, e incluso, cada vez que tenemos ocasión tratamos de hacer una escapada, hablar sobre ella sea posiblemente la experiencia más difícil de plasma, porque muchas ideas rondan en nuestra mente. Para ponerlo fácil, nos centraremos en un sitio que hemos recorrido en numerosas ocasiones. Se trata de la Cinque Terre, en Liguria.
Cinque Terre son 5 pueblecitos marineros súper pintorescos, algunos unidos por carretera o ferrocarril, pero cuya conexión tradicional fueron unos senderos entre acantilados, playas de piedras y viñedos en bancales.
Cómo llegar a Cinque Terre
Por nuestra experiencia, existen varias opciones. Hay quién no hace noche en estos pueblos, y quién toma un tren desde cercanas poblaciones, como La Spezia o Génova, para llegar a una de las dos estaciones ferroviarias en los extremos de la ruta; Riomaggiore al sur o Monterosso al norte. Otra opción, es tomar un ferry en La Spezia o en Genova, que es una ciudad portuaria, que enlaza con Riomaggiore por mar.
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Aunque existe la posibilidad de ir por carretera, no lo aconsejamos, porque luego el coche termina siendo un estorbo, y esta ruta hay que ir ligero, y caminar sus entre 7 o 9 kilómetros entre acantilados.
Historia de la zona
Estos pueblos pesqueros, aunque integrados en la república de Génova, estuvieron bastante apartados de los grandes intereses de los gobernantes ligures (región italiana donde se encuentra). La preocupación de esta gente fue protegerse de las razias de piratas berberiscos que asolaron el mediterráneo central y oriental durante toda la alta edad media y la edad moderna. Es por esto, que a lo largo de la costa aún se pueden ver algunas torres vigía, como las existentes en la costa levantina de España.
Esta zona, de difícil acceso, se mantuvo virgen durante siglos, hasta que empezó a ser ‘invadida’ por los turistas que acuden a esta zona, que junto a Portovenere y las islas de Palmaria (Tino y Tinetto), fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1997, lo que hizo que fueran aún más turísticas. Desde 1999, se cuenta con la protección de ser Parque Nacional; il Parco Nazionale delle Cinque Terre.
La zona comprendida dentro de esta zona incluye a los pueblos de Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore, nombrados de norte a sur.
Hace unos cuantos años, la zona, su peculiar orografía, sufrió unas riadas que deterioraron gran parte del sendero existente junto a la costa, por lo que estos están cerrados mientras siguen trabajando en su restauración. Esto obliga a recorrer otros senderos que recorren la zona por una zona superior. Aunque también puede ser una excusa para evitar tanto turismo en algunas zonas más expuestas.
Viaje a Cinque Terre
Como hemos dicho, esta ruta la hemos realizado bastantes veces. Lo normal ha sido hacer noche en poblaciones cercanas conectadas por tren con Riomaggiore, madrugando, llegar pronto y hacer el recorrido a pie por el sendero de Cinque Terre. No obstante, en la última visita, estuvimos en La Spezia, desde donde tomamos un barco.
El recorrido habitual es de sur a norte, esto significa, partiendo de Riomaggiore y llegar a Monterosso. Aunque lo hemos pensado, aún no lo hemos hecho, pero lo haremos, es hacer la ruta desde el norte hacia el sur.
Riomaggiore
Ya sea porque has venido en barco, o desde la estación de tren, tienes que seguir las indicaciones hasta llegar al punto de inicio de la ruta. Al ser un espacio protegido, existen puntos de control a lo largo del recorrido, donde se hace seguimiento de los visitantes.
Nuestra experiencia mayoritariamente es llegando en el tren a la estación de Riomaggiore. Es justo un apeadero en el hueco que queda entre dos montañas. Por tanto, hay túnel a ambos lados. Una vez que desciendes, tienes que ir hacia la montaña de la derecha, que es donde se encuentra el punto de entrada de la ruta.
Si llegas en barco, el muelle está entre esa estación y lo que propiamente es el pueblo de Riomaggiore. Generalmente este pueblo es un desconocido, puesto que se queda en el otro lado de la ladera. Se puede visitar por unas pasarelas que conectan el pueblo con el apeadero y con el muelle para turistas.
El primer punto de control de la ruta
En el punto de control, se paga el ingreso a la ruta. El coste para realizar esta ruta de senderismo es el mismo, aunque actualmente (septiembre de 2017) no puedes realizarlo completamente. Suponemos que este dinero se destina al mantenimiento de la ruta y al mantenimiento del entorno natural tan espectacular por el que vais a pasar.
Al menos hasta que no terminen de reparar completamente el recorrido, desde nuestro punto de vista es un abuso. No obstante, podéis ir por los tramos superiores.
Este tramo comprendido entre Riomaggiore y Manarola es sobretodo conocido por el Túnel del Amor. Es posiblemente el tramo más fácil de todo el recorrido, el más transitado y el único urbanizado. Hay diversas desviaciones que permiten llegar a miradores, o a viviendas particulares. Sí, hay gente que puede vivir allí.
Tras pasar esa zona excavada en la roca, que durante las guerras mundiales sirvió para colocar cañones costeros defensivos, llegas a la estación ferroviaria principal. Que hay que atravesarla por arriba, hasta entrar en un túnel que te permite llegar a Manarola.
Manarola
Este pueblo parece estar colgado de la montaña. Se entra desde la parte superior, y como por la calle principal, se termina bajando hacia la zona costera.
Posee varios embarcaderos que terminan haciendo “piscinas naturales”, lo que nos dice que fue un pueblo de pescadores hasta la llegada del turismo. Puedes bajar hasta el mar, y aunque no son playas de arena, hay calas de pocos metros de canto rodado, o bien puedes tomar el sol en un espigón; siempre que tengas tiempo.
El tramo siguiente está muy dañado, incluso se pueden ver los desprendimientos en googlemaps. En esta zona era donde había un segundo punto de control en la ruta original. Por el camino, te encontrabas, y si algún día lo reabren, cosa que estamos deseando, con antiguas casetas de chiringuitos de “playa”. Lo encomillamos, porque esa playa es de canto rodado de diversos tamaños, aunque generalmente grandes. Nada que ver con las playas de arena a las que estamos acostumbrados.
Para bajar, regularmente hay (o había) escaleras que permitían bajar a estas playas.
Después de esa zona de casetas, muchas destartaladas, se llega a la estación ferroviaria de Corniglia. Y tras esto, la gran subida, unos 60 o 70 metros calculamos, aunque no lo sabemos seguro. Hay unas escaleras, conocidas como Scalinata Lardarina, que son 382 escalones que permite subir por la montaña para entrar a Corniglia desde la parte superior.
Corniglia
Este pueblo está en la parte superior de un saliente, con bastante altura sobre el mar. Hay caminos que permiten bajar, nosotros lo hemos hecho en alguna ocasión, pero luego hasta donde sabemos, hay que subirlos, porque desde el nivel del mar, no hay caminos que permitan seguir recorriendo el sendero de Cinque Terre.
Hay que seguir la carretera, hasta que encuentras una caseta de control, que casi siempre la hemos visto cerrada.
Este es un buen sitio para tomarte un respiro, comer algo, hidratarte, y por qué no, disfrutar de un rico helado italiano.
El tramo hasta Vernazza, el siguiente pueblo es duro, porque está bastante salvaje. Mientras que en los tramos anteriores se va a cerca del mar, este tramo tiene muchas subidas y bajadas, especialmente a mucha altura y con grandes acantilados. No hay casi construcciones, por lo que es muy bonito.
Las vistas son magníficas, porque tienes una visión como una gaviota. En esta zona empiezas a estar rodeado de zonas de viñedos, con montacargas sobre unos railes de cremallera para subir la uva. No hemos probado nunca vinos de esta zona, así que no podemos decir cómo son.
Y ya, cuando el camino empieza a descender, es que estáis llegando al que posiblemente sea el pueblo más turístico y bonito de Cinque Terre, Vernazza.
Vernazza
Vernazza, junto con Manarola, son los pueblos más fotografiados de Cinque Terre, y es Vernazza es, posiblemente el más fotogénico. Diversas callejuelas te llevan a una plaza casi a nivel del mar, y que en verano es típico encontrarte conciertos o espectáculos. Justo, bajo la plaza, hay una playa artificial, pero de arena. Si tienes tiempo, déjate perder por callejuelas que suben y bajan. Cuidado con meterte en una casa privada. Aún hay pescadores que viven allí, aunque la mayor parte son viviendas turísticas.
Si dispone de tiempo para relajarte, hay playas menos turísticas, que son para los locales, con piedra de canto rodado. Aunque lo interesante es subir por callejuelas y encontrar los diversos miradores que hay entre casas y vista a los acantilados. Y también, subir al Castillo de Vernazza, una construcción del siglo XIII. Prácticamente lo único que se conserva es la torre vigía.
En Vernazza hay algunas de las callejuelas más estrechas y empinadas que conocemos. Resulta preciosa, ya que está llena de color y ventanas tipo veneciano.
No puedes irte de Vernazza sin parar, al menos unos minutos en la Iglesia o Chiesa di Santa Margherita d’Antiochia nel capoluogo. Una iglesia medieval del siglo XIII de estilo gótico normando, aunque con muchos añadidos, que lejos de estropearla, se integran en una construcción muy armoniosa.
Y ya solo queda el último tramo, el que llega a Monterosso del Mare. Este tramo es igualmente salvaje, con bastantes subidas y bajadas, ya que recorta acantilados y valles. Es un camino entre viñas. Realmente es precioso, aunque el cansancio y el tiempo puede ser tu peor enemigo, porque no te puedes quedar a medio camino, ya que no es fácil acceder a la ruta y si se te hace de noche puedes tener un problema.
Monterosso del Mare
O simplemente Monterosso, es el último pueblo de este parque natural de Cinque Terre. Se encuentra protegido por una bahía abierta al sur. Aquí, sí tienes una playa de arena abierta al público. Llegas bajando desde lo alto de los acantilados.
Es la única población de Cinque Terre donde puedes usar coche, aunque mejor usar transporte público.
Como todos estos pueblos de Cinque Terre, está en el hueco dejado entre dos colinas, aunque en este caso, son dos vaguadas. Esto permite tener más playas ganadas al mar y a la montaña. Aunque la distancia recorrida a pie no es mucha, el subir y bajar, con las constantes paradas para disfrutar del camino, hacen que cuando se llega a Monterosso, lo que más apetezca es parar a descansar en los chiringitos y tomar una cerveza bien fresquita.
Para los que tengan tiempo y ganas
Monterosso además de esta zona de playas, tiene una extensión, en la vaguada siguiente, que nació como una ampliación del pueblo para acoger unas urbanizaciones de balnearios a finales del siglo XIX, y que hoy ya es parte del pueblo.
Además, tienes dos cosas muy interesantes; La escultura del gigante, que es una escultura esculpida en la roca en un saliente, representando al dios de los mares Neptuno. Para llegar a ella, tenéis que llegar a esta segunda parte de Monterosso y atravesar la playa. Por el camino os encontraréis otra escultura dedicada a San Francesco, patrón de Italia.
El otro elemento interesante, es la Iglesia parroquial de San Giovanni Battista, de un precioso estilo gótico ligur, cuya torre campanario está almenado, y servía como torre vigía.
Consejos para realizar esta ruta de senderismo por Cinque Terre
Para realizar la ruta de senderismo de Cinque Terre, no es imprescindible tener una fortaleza especial, aunque si tener cierta capacidad para caminar. Los tramos son de dificultad media o baja. Pese a que tan solo son unos 9 kilómetros, a recorrer a lo largo del día. Pero ten cuidado con las subidas y bajadas.
Te recomendamos que no lleves mucho peso, aunque sí está bien contar con una mochila donde llegar agua. Aunque hay fuentes por el camino, es mejor solo recargar agua en los pueblos. El agua en Italia es extraordinariamente buena, generalmente. Y por tanto, siempre que puedas bebe e hidrátate.
No es necesario contar con botas de montaña, aunque el sendero tiene tramos salvajes. Con unas zapatillas de trekking normales es suficiente. Como posiblemente haga calor y humedad, el calzado, así como la ropa, que transpiren.
En esa mochila ligera, aprovecha para llevar una camiseta de recambio, te vendrá bien después de la caminata, sobre todo si quieres entrar en algún restaurante a comer.
Compra el ticket de ingreso al Parco Nazionale delle Cinque Terre, el Cinque Terre Card; cuesta 7,50€ para un día, o 14,50€ para dos. Ayudarás al mantenimiento de la ruta, y a que se reabran las rutas cerradas.
Disfruta, si puedes de la gastronomía típica de la zona si paras a comer en alguno de los pueblos de Cinque Terre. Son más caros porque estás en una de las zonas más turísticas de Italia. Tienes que asumir que te cobrarán en torno a 2€ a mayores, por el cubierto. Es así.
Después de comer, y acompañando al dulce (el concepto postre/dessert no existe en Italiano), disfruta de un limoncello. A ser posible casero. Muchos de los restaurantes lo elaboran ellos mismos (o eso dicen).
Y hasta aquí, nuestras recomendaciones y nuestras impresiones sobre este magnífico destino en Italia, fuera del recorrido típico de Florencia, Pisa, Venecia; que hay visitarlas, claro. Y de hecho os hablaremos de ellas aquí. Pero esta es una alternativa natural única.
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¿Y tú? ¿Ya habías oído hablar de este lugar? ¿Qué otras rutas de senderismo nos recomendarías hacer en Italia? Déjanos tus impresiones sobre el Parque de Cinque Terre en un comentario.
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