Una de las primeras cosas que se nos vienen a la cabeza al pensar en Canadá es vegetación infinita y bosques sin fin entre lagos y canales, pero este gran país, el cuarto mayor en cuanto a superficie del mundo, da mucho más de sí de lo que parece. Recorreremos juntos una experiencia de viaje a Montreal en verano, una visita a la pequeña Francia de América del Norte.
Una aproximación a Canadá
Canadá, el verdadero Norte de Norte América, es un país enorme con miles de hectáreas de bosques vírgenes, montañas, lagos, ríos y fauna salvaje. Para que os hagáis una idea, toda Europa cabe dentro de Canadá. Un viaje en coche entre Montreal y Vancouver, ciudades en sus extremos, precisan de 45 horas de viaje, ya que distan 4550 km.
Podría ser el país ideal para los amantes de las autocaravanas o las furgonetas camper.
Un viaje a Montreal
Nos acercaremos a Montreal, en el este de este gran país. Montreal se caracteriza por ser una de las ciudades más multiculturales del mundo y un lugar en el que siempre hay algo qué hacer. Después de los que suelen ser unos inviernos largos, los veranos activan la vida de la ciudad y se dan gran número de festivales, conciertos y eventos culturales.
Nota curiosa sobre el clima
Quizás una de las primeras cosas que te puedes preguntar a la hora de visitar Montreal es, ¿Qué meto en la maleta?
Y este dato es importante porque si visitas esta ciudad y su entorno ocurre un poco igual que en lo que os contamos sobre actividades en Alaska, que aunque los inviernos son gélidos, con temperaturas terriblemente bajas (al menos para nosotros), con medias de -30ºC, las temperaturas en verano pueden superar los 30ºC, con bastante humedad. Así que no te olvides también de echar unos pantalones cortos.
Actividades y puntos de interés
Aunque por su superficie no lo parezca, esta ciudad está asentada sobre una serie de islas que forman canales en el río San Lorenzo. La mayor de todas, Mont Royal es la que da nombre a la ciudad. Y es que es una elevación de 220 metros aproximadamente.
La ciudad actual es una ciudad moderna, con calles de cemento y asfalto, aunque la parte alta de este monte es un gran parque, y posee un pequeño barrio que podríamos llamar el viejo Montreal.
La ciudad
Montreal es la ciudad más grande de la provincia de Quebec, la región más francesa de Canadá, y es la segunda mayor del país. Esto la posiciona como una ciudad de gran importancia turística, industrial y de servicios, incluso a nivel de todo Norteamérica.
Es una ciudad con un marcado acento francés, pues aproximadamente dos terceras partes de su población tienen el francés como lengua materna, mientras que el inglés lo es para un 10 % y el resto se define por otras procedencias.
Montreal, aunque fue descubierta por el explorador francés Jacques Cartier en 1535; pero no fue hasta un siglo después que verdaderamente empezó a tener el primer asentamiento europeo, así que no posee grandes edificios históricos, o al menos no para los que estamos habituados en Europa. Sus primeros años fue un puerto comercial para pieles, que los comerciantes franceses compraban pieles a los indios algonquinos y hurones. La ciudad se puede decir que se funda con la construcción de un fuerte en Villa-Maria de Montréal, para defenderse de los ataques de los indios rivales, los iroqueses.
Parajes y lugares que no debes dejar pasar en Montreal
Oratorio San José del Mont-Royal
Uno de los sitios más bonitos para visitar es el Oratorio San José del Mont-Royal, la iglesia más grande de Canadá, donde podrás pasear por sus jardines y disfrutar de puestas de sol únicas gracias a la altura a la que se encuentra.
Este oratorio es uno de los más hermosos de la ciudad, además de contar con unas vistas impresionantes; aunque hacia el norte es un cementerio.
Isla de Santa Helena
Esta isla de Santa Helena se encuentra apartada del núcleo urbano de la gran isla. Se puede llegar a ella en metro, usando la línea amarilla. Su interior en un bello paraje natural en el que destaca el Parc Jean Drapeau que posee casi la mitad de esta isla.
Además, esta isla alberga el museo del medio ambiente, el Museo de la Biosfera y un parque de atracciones y una playa, que son un lugar muy animado en verano.
Isla de Nuestra Señora
Junto a la anterior, se encuentra esta isla, conectada por varios puentes. Los amantes de la Fórmula 1 la conocerán bien, pues se encuentra aquí el circuito de Fórmula 1 Gilles Villenueve, donde se celebra el Gran Premio de Canadá.
Pero esta isla está dedicada al ocio, y no solo por el circo que mueve la Fórmula 1. También hay varias playas, piscinas de olas y un pabellón de entrenamiento de regatas de piraguas.
Otro atractivo de la isla es la presencia del Casino de Montreal, el mayor casino de Canadá. Abrió sus puertas en 1993, y cuenta con 150 mesas para poder contemplar partidas de póker o de roulette, así como más de 5.000 máquinas tragaperras siguiendo el modelo Wheel of Fortune. Y cuenta con cuatro restaurantes, un cabaret y un teatro.
Edificios importantes a visitar
Hemos divididos en edificios y lugares religiosos y civiles. Aunque hemos dicho que no hay muchos edificios antiguos, no significa que no haya ninguno.
Las iglesias de Montreal
Montreal es una ciudad que aglutina poblaciones de muy variados orígenes, lo que hace que haya varios credos en ella conviviendo. Aunque mayoritariamente son cristianos, la mayor proporción de católicos de originen francés hace que su presencia sea mayoritaria, pero igualmente hay una gran presencia de iglesias protestantes y anglicanas.
Basílica-Catedral de María Reina del Mundo
Esta iglesia os va a sonar mucho; es una réplica a escala de San Pedro del Vaticano. Fue construida a finales del siglo XIX, para sustituir a la original que se había quemado años antes. Evidentemente es una iglesia católica, y en ella tiene la seda el Diócesis de Montreal.
Iglesia de Jesús de Montreal
Se trata de otra iglesia católica. Su fundación es de época del segundo obispo de Montreal en 1864. Como otras de la misma época, tienen una clara inspiración en las iglesias de Roma de época clásica.
Basílica Notre-Dame de Montreal
Es otra iglesia católica. Está situada en el distrito de Ville-Marie, en centro de Montreal. Es la iglesia madre de Montreal. Como edificio es una auténtica galería de arte religioso. El templo actual es neogótico de finales del siglo XIX, sustituyendo a una construcción previa.
Esta iglesia merece su visita, sobre todo porque está en un entorno bonito, junto a una preciosa plaza llena de árboles, aunque también rodeada de los altos rascacielos de la city.
Edificios no religiosos de interés
Los edificios con algo de encanto, salvo que te gusten los rascacielos, se concentran en el Viejo Montreal, conocido como el Vieux-Montreal.
Ayuntamiento de Montreal
El edificio del Ayuntamiento de Montreal, el Hôtel de Ville de Montréal es una construcción de los años 80’s del sigo XIX, en un estilo Imperio, que estuvo muy de moda en aquella época en Francia. El edificio es hermoso y armonioso, aunque quizás sea el entorno del viejo Montreal lo que lo hace brillar, ya que está presidiendo la Plaza Jacques-Cartier.
Plaza Jacques-Cartier
Esta plaza es una zona peatonal del viejo Montreal. Como podréis adivinar, el nombre hace referencia al descubridor de esta área, el marino francés Jacques-Cartier.
En el centro se encuentra un monumento al almirante Horatio Nelson; una columna levantada en 1810 y es un recuerdo de la soberanía británica en aquel momento.
Place d’Armes de Montreal
Esta otra plaza del viejo Montreal, está presidida por la iglesia basílica de Notre-Dame, aunque cuenta con otros edificios de interés, como la sede del Banco de Montreal y el Hotel Place d’Armes.
Esta es una de las primeras plazas o espacios públicos de la colonia, por lo que fue lugar de mercado, de espectáculos y de ejecuciones. Casi en el siglo XIX se levantó un monumento en honor a Paul Chomedey de Maisonneuve, verdadero fundador de la ciudad de Montreal.
Puente Jacque-Cartier
Este puente cruza el río San Lorenzo, uniendo la isla de Montreal con la otra ciudad al sur, Longueuil. Es una preciosa estructura de 1930; preciosa, si te gusta el patrimonio industrial. Está construido en acero.
El deporte de los Canadienses
Para el que visita Canadá por primera vez, y más para los incondicionales de los deportes, es aconsejable no perderte un partido del deporte nacional, el hockey sobre hielo. El equipo local es el Canadiens de Montréal, que juega en Centre Bell, un polideportivo (cerrado evidentemente), impresionante, en medio de altos edificios.
En su interior, además de la arena, es interesante su propia tienda. La importancia de este deporte y este equipo es tal que los Canadiens de Montréal no solo posee su estadio, si no butiques e incluso su propia calle.
Os animamos ver un partido, mientras disfrutas de un buen poutine. ¡Y no te olvides el abrigo!
Ocio
Si bien Montreal en invierno es muy fría, para lo cual existe una ciudad casi subterránea, en verano despierta y se llena de ambiente y eventos para todos los gustos. La población de Montreal es de 1,7 millones de habitantes, lo que permite una gran diversidad de ambientes, casi para cualquier gusto.
De copas y cafés
Algunos de los lugares que te puede gustar para ir con amigos, o con pareja, especialmente recomendado si llueve o nieva, es el pub Randolph, que cuenta con cientos de juegos de mesa de toda clase para garantizarte una tarde de diversión. Si os entra hambre, el pub también cuenta con una pequeña carta de comida en la que encontrarás nachos, tacos y chili, entre otros, y bebidas servidas en matraces, como si se tratasen de pociones.
En Montreal hay dos locales de esta «franquicia»; el Randolph Pub Ludique Rosemont en la calle Des Écores y Randolph Pub Ludique Quartier Latin en la calle St. Denis.
Gastronomía
Una ciudad tan cosmopolita como Montreal posee miles de restaurantes en los que puedes disfrutar de gastronomías de todo el mundo, y gracias a los servicios de Foodora, Skip the Dishes o Uber Eats, podrás pedir que te lleven la comida donde quieras.
En verano, las calles se llenan de gente, y las terrazas de los bares y restaurantes se abren para poder disfrutar del sol. La calle St. Denis, es especialmente la zona donde se encuentra el teatro, es un punto bullicioso con buenos bares, pubs y restaurantes. Otra alternativa muy habitual son los picnics o barbacoas en alguno de sus enormes parques de la ciudad, como en el Mont Royal o en Parc La Fontaine.
Si te apetece una buena pizza napolitana, te recomiendo Brigade Pizzeria Napolitaine, y si prefieres sushi, para mí el mejor es Sushi Time (los makis de aguacate son adictivos). Pero los mejores gnocchi para llevar los encontrarás en Drogheria Fine, un restaurante diminuto en el que también podrás comprar su deliciosa salsa de tomate casera.
Una comida típica de Montreal
Y en un viaje por la región de Quebec, en un viaje a Montreal no te puede faltar conocer uno de los platos típicos de esta región. Uno de los mejores lugares se encuentra justo delante de una de las esquinas del parque La Fontaine se encuentra el restaurante La Banquise, el lugar estrella para comer Poutine. Es el plato típico del Canadá en general, y es especial, de la provincia de Quebec, y se hace tradicionalmente con patatas fritas, salsa gravy y queso fundido.
Porque mucho hablar de multiculturalidad, pero también está bien buscar los sabores auténticos de los autóctono.
Y ya veis que ciudad tan impresionante podéis disfrutar en Canadá, un viaje a Montreal, la pequeña Francia de América del norte, merece una visita y disfrutar de su ambiente. ¿Conocías la ciudad? ¿Cómo fue vuestra experiencia? Contadnos con un comentario qué otras cosas nos sugerirías para visitar en Montreal.