Viaje por los sabores de Irlanda

Hace tiempo realizamos un viaje que nos organizaron y que nos llevó conocer, y a disfrutar, los sabores de Irlanda, esa isla hermana de Gran Bretaña, llena de sabores que son una mezcla entre una tradición celta viva, y la máxima modernidad.
 

Paso a paso, viaje por los sabores de Irlanda

Primer día, llegada al aeropuerto de Dublín

Llegamos a Dublín en avión, al aeropuerto internacional de Collinstown. Este aeropuerto actualmente con dos terminales. Lamentablemente, no existe metro que permita trasladarte cómodamente al centro de Dublín, por lo si vas por libre, tendrás que tendrás que elegir entre alquilar un coche, taxi o buses especiales aeropuerto-ciudad o bien buses de línea urbana.

En nuestro caso nos estaban esperando, pero si vas por tu cuenta, y quieres ir en transporte público, puedes elegir entre una docena o más compañías de buses que te trasladan a Dublín. Las más mediáticas, son son Aircoach y Airlink. Tienen la ventaja de no tener apenas paradas intermedias, aunque más costosas.
 

Nos movemos por Dublín y cenamos algo en un pub

Una vez en Dublín, dependiendo cómo te lo montes, puedes dejar las maletas en el hotel y empezar a patear ciudad, o como nosotros, tras dejar maletas, nos dimos un paseo corto, buscando donde cenar algo tradicional. Seguimos nuestra experiencia en Inglaterra, buscando los pub más tradicionales. Ojo, como en otros países europeos, su cena es muy pronto para un español. Aparte, tienen una hora menos, lo que compensa parcialmente.

A las 6 de la tarde es cuando se puede cenar, más tarde, podréis picar algo en algún pub, pero es más hora de cervezas.

Como platos típicos:

• Irish Stew: estofado irlandés elaborado con carne de cordero, patatas, cebolla y perejil.
• Boxty: una especie de pastel de patata.
• Coddle: salchichas de cerdo cortadas en lonchas recubiertas de beicon con patatas en rodajas y cebolla.
• Fried potato farls: pan en el que la patata sustituye parte de la harina de trigo.
• Soda bread: el pan de soda contiene bicarbonato sódico en lugar de levadura.
• Blaa: bollo de pan blanco cubierto de harina blanca que suele ser tierno.
• Black pudding: una especie de morcilla.
• Colcannon: puré de patatas con col, mantequilla, sal, y pimienta.
• Fresh oysters: ostras servidas sobre hielo.
• Champ: puré de patatas con leche, mantequilla y cebolla.

Tras comer algo, dependiendo de la capacidad de aguante con el alcohol, lo típico sería tomarte esas cervezas irlandesas, bastante fuertes para nuestro gusto, pero muy sabrosas.
 

Segundo día, Dubín a tope

Hay que madrugar, el día empieza temprano en Irlanda. Lo normal es aprovechar el desayuno del hotel, si es buffet para hacer un desayuno fuerte, puesto que el resto del día se come más bien ligero. También podéis hacer un desayuno irlandés; muy similar al desayuno Inglés; o un desayuno continental. Son bombas calóricas, pero os vendrán bien.

En nuestro viaje, nos recogieron en el hotel, para realizar un típico recorrido turístico por la ciudad de Dublín. Metidos en la visita, os contamos que, Dublín fue un asentamiento vikingo.

Las huellas de este pasado histórico son aún visibles, especialmente en las callejuelas del casco antiguo. Aunque la fundación de la ciudad de Dublín, se inició en un asentamiento vikingo estable, ya anteriormente, los pueblos británicos y celtas estuvieron en su entorno en construcciones temporales.

De este pasado, la ciudad alberga maravillosas iglesias medievales. También la ciudad es famosa por sus galerías de arte y museos. A lo largo del recorrido vimos muchos edificios históricos, de diferentes estilos. Otro atractivo curioso de Dublín son sus plazas y jardines, de estilo Georgiano.
 

La visita al Trinity College

Posiblemente uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad, y si eres fan de Star Wars, no podrás por menos que encontrar paralelismos entre esta biblioteca, un icono de la ciudad, y la biblioteca del Templo Jedi en el Ep. II. Si lo reconocemos, somos muy fans.

Esta institución fue fundada por Isabel I en 1592, y su famosa biblioteca alberga más de 20.000 manuscritos, entre los que destaca el famoso Libro de Kells, un manuscrito ilustrado con motivos ornamentales, realizado por monjes celtas hacia el año 800 en Kells, en el monasterio de San Columba; un monasterio en una isla de Iona.

Todo el complejo de este colegio está integrado y es parte de la Universidad de Dublín. El complejo es realmente grande, con edificios de muchos estilos separados por praderas verdes de césped. Destacan varios edificios del antiguo parlamento Inglés, que actualmente son la sede del Banco de Irlanda, edificios neoclásicos y otros más modernos. Posiblemente una escultura que llama la atención, es La escultura Pomodoro en frente de la Biblioteca Berkeley.
 

Visita a la fábrica Guinness, Guinness Storehouse

Puede que no te guste la cerveza, y menos aún la cerveza negra, pero creemos que la visita a esta edificación es una parada obligada, aunque sea algo muy “típico”, en una visita a Dublín. La Guinness Storehouse.

La cerveza Guinness es un icono de la cultura popular irlandesa, y dónde mejor que en su centro de Dublín para realizar una visita guiada por la Guinness Storehouse. Además, con la visita se incluye una degustación de su mundialmente famosa cerveza negra. Vamos, como ir a Ámsterdam y visitar la fábrica de cerveza Heineken. Sí, típico, pero obligado, e irresistible.
 

Tiempos libres

Tras comer algo ligero, lo mejor es dedicarse a explorar la ciudad. Relativamente cerca, podéis ir andando a bastantes sitios, como la antigua Cárcel de Kilmainham, que se trata de un complejo carcelario de inicios del siglo XX, aunque nosotros nos decantamos por visitar más tranquilamente las catedrales, que en Dublín hay 3.

La Catedral de San Patricio, que es la de mayor tamaño y asociada a la Iglesia Nacional de Irlanda, la Catedral de la Santísima Trinidad de Dublín, la más antigua y asociada a la Iglesia protestante anglicana; y pasando el río, os encontráis con la ProCatedral de Santa María (es que no una catedral al uso), que es gestionada por los católicos.

Nos cuentan que entre las dos Catedrales protestantes siempre hubo una cierta revalidad.

La ventaja de ir hacia esta zona, es que, estaremos muy cerca del Castillo de Dublín, que actualmente es un complejo palaciego del siglo XVIII, aunque conserva la Capilla Real, de estilo gótico inglés.

Más tarde, nos dimos un paseo por la zona conocida como The Temple Bar, ya que posee algunos de los Pubs y restaurantes más típicos de Dublín, y al estar junto al río, lo tendremos muy “a mano”. Pero ojo, que, entre unas cosas y otras, tuvimos que cenar pronto, porque hay que descansar, porque al día siguiente nos fuimos de viaje.

 

Tercer día, viaje desde Dublín a Kilkenny y Kerry

Como ya lo sabíamos, aprobemos bien el desayuno del hotel, porque salimos pronto hacia Kilkenny.
 

Visita a Kilkenny

Esta ciudad es conocida popularmente como “la ciudad de Mármol”. Y es que se trata de una población de origen medieval, con un mimado estilo en su restauración y conservación, lo que permite disfrutar de su bonita herencia arquitectónica.

Aunque el exterior es como caminar en una máquina del tiempo, al interior los locales son modernos y ofrecen gran cantidad de tiendas de todo tipo, además de restaurantes y pubs tradicionales. También nos dio la sensación de ser una localidad muy bohemia con muchas galerías de arte.

El nombre de esta ciudad se debe a un monasterio, hoy desaparecido, construido por un monje de Santa Canice. Lo que hoy vemos es una Catedral del siglo XIII en estilo transitorio entre el románico y el gótico inglés.

 

Visita al Castillo de Kilkenny

Dentro de que esta parada en Kilkenny es muy típica entre los visitantes a Irlanda, no puede faltar la visita al Castillo de esta ciudad. Kilkenny tuvo mucha importancia durante la edad media, lo que justificaba este castillo del siglo XII construido por los Anglo-Normandos, y es uno de los edificios más característicos de Irlanda.

Con tantos años ha sido reformado hasta casi hacer olvidar la construcción original. Aunque fue especialmente durante la época Victoriana donde se hicieron las grandes reformas. Se encuentra rodeado de extensos parques. Fue la sede principal de la familia Butler, los Marqueses y Duques de Ormonde.

Debido a unos recientes trabajos de restauración, es posible realizar una visita mucho más completa e incluir la biblioteca, algún salón, habitaciones decoradas como estuvieron en 1830 y algunas galerías en el bloque central del Castillo.
 

Vamos a Kerry

Aunque parece ser que Kilkenny es famosa por tener una interesante vida nocturna, seguimos nuestro viaje hacia el Condado de Kerry, donde nos esperaban para cenar y pasar la noche.
 

Cuarto día; Pasamos el día haciendo el Anillo de Kerry

La mañana de cuarto día lo pasamos en Kerry, una de las zonas con mejor fama por la belleza de sus paisajes de toda Irlanda, que parece que sirvió de inspiración para poetas, pintores, escritores y músicos.

La zona está rodeada de montañas, valles y acantilados; y entre estos, lagos y grandes rías de mar. Estamos en un condado con la costa occidental de Irlanda.
 

El Anillo de Kerry

Con ese cuadro que te hemos contado, realizamos un recorrido en bus conocido como el Anillo de Kerry. Se trata de un recorrido típico en esta zona que permite visitar la accidentada costa de la Península Iveragh, en un viaje que nos lleva a atravesar varias aldeas, como Killorglin, Cahirciveen, Waterville y el pueblo de habla irlandesa Sneem. Cuando llegamos a Glenbeigh, realizamos una parada en el exterior de Killorgan, para visitar el museo “Kerry Bog Village”.

 

Kerry Bog Village

Este es un museo al aire libre, con una villa que recrea las formas de vida de la Irlanda del siglo XVIII, en el que la isla estaba bastante atrasada con un sistema económico casi feudal.

Es una cosa muy típica, aunque no deja de ser un museo etnográfico de la cultura y forma de vida irlandesa.
 

Otras paradas del Anillo de Kerry

Completamos nuestro tour con una parada a los jardines de la casa Muckross, conocidos por su belleza, en particular por su preciosa colección de azaleas y ododendros. Esta villa, sirvió de lugar de veraneo en varias ocasiones a Charles Chaplin.

No obstante, si tenéis tiempo y vais por libre, nos aconsejaron visitar el final del Anillo, donde se sitúan el Castillo de Ross, los Lagos de Killarney y «Ladies View«, un mirador desde el que, según la reina Victoria, se disfrutan de las mejores vistas sobre los lagos. Además, es interesante realizar unas excursiones a las Islas de Valentia y las Islas Skellig.
 

Quinto día, vista a los acantilados de Moher

Desde nuestro hotel en Kerry, levantándonos pronto, salimos hacia Listowel tomaremos el ferry para cruzar el río Shannon, el más largo de Irlanda. Llegamos a los acantilados de Moher.

 

Los acantilados de Moher

Los acantilados de Moher son una serie de impresionantes acantilados que se alzan a más de 200 metros sobre el mar por más de 8 kilómetros a lo largo de la costa de una costa muy escarpada sobre el Océano Atlántico.

Atravesamos una área llamada “Burren“, conocida como el “desierto rocoso”. Se trata de un área de 26.000 hectáreas, de un árido paisaje de estilo lunar, en el que se encuentran algunos monumentos megalíticos.
 

Merienda en la granja Rathbaun

En nuestro camino, hicimos una parada para visitar la granja Rathbaun, una tradicional granja irlandesa en activo, con su ganado, sus cultivos,.. además, en nuestro viaje estaba incluido una merienda, quizás lo mejor de la parada, con su té y bollería y pastas elaborado en la granja.

Todo muy bueno, y bajo el concepto que ya conocíamos de USA, “farm to table”, es decir, de la granja a la mesa.

Seguimos nuestro viaje hasta Galway, donde ya cenamos en un restaurante que nos esperaba.
 

Sexto día Connemara y la abadía de Abbey

Tour rápido al casco antiguo de Galway

Después de otro desayuno copioso, realizamos un brevísimo tour por Galway, una localidad conocida como “La Ciudad de las Tribus”, ya que fue fundada por las 14 familias ancestrales más célebres de esta zona; vamos, como Soria y sus 12 linajes. La ciudad de Galway fue durante generaciones uno de los grandes aliados comerciales de España, y esto se ve a simple vista por una influencia española en la arquitectura.

Así, por ejemplo, encontramos el “The Spanish Arch”, unos arcos que formaban parte de las antiguas murallas de la ciudad; estos arcos albergaron el museo de la ciudad hasta tiempos bastante recientes. También está la “Spanish Parade” una explanada donde los acaudalados comerciantes y sus familias disfrutaban antiguamente de paseos por una zona junto a la ría, que hace puerto natural.

La región de Connemara

Tras esta visita a la ciudad antigua, nos fuimos a conocer un tour circular por la inhóspita región de Connemara, que es famosa por mantener de forma casi inalterada su belleza natural de lagos y montañas; Por el camino pasamos por varios pueblecitos pintorescos, como Oughterard, que es conocido como la puerta de entrada a esta región.

Tras una brevísima parada, visitamos la bonita ciudad de Clifden, situada en la ladera de una montaña. Más tarde seguimos la ruta hasta llegar a la magnífica abadía de Kylemore, una preciosa mansión neogótica en el corazón de Connemara y construida junto al lago Pollacapul.

 

La abadía de Kylemore

Esta parada es una maravilla. La actual construcción se realiza sobre unas antiguas ruinas de un castillo que protegía el paso entre montañas. Con el tiempo, se reedificó en el siglo XIX.

La Abadía, con su magnífica Iglesia neogótica, está regentada desde hace más de 100 años por las monjas benedictinas irlandesas, que huyeron de Bélgica durante la I Guerra Mundial. Han alcanzado fama por la calidad de las piezas de cerámica hecha a mano. Este convento es un refugio de paz.

Tras esta visita, regresamos a Galway para la cena y descansar, aunque para los más juerguistas, pueden disfrutar de una zona muy interesante de Pubs.
 

Séptimo día, visita al Monasterio de Clonmacnoise y la destilería Kilbeggan

Este fue casi nuestro último día de viaje por Irlanda, regresamos a Dublín, pero por camino realizamos una visita a una de las ruinas más importantes de Irlanda, la abadía de Clonmacnoise.
 

La abadía de Clonmacnoise

Aunque actualmente están en ruinas, este conjunto monástico paleocristiano situado a orillas del Río Shannon, en el Condado de Offaly fue uno de los primeros asentamientos cristianos de Irlanda en el siglo VI. Fue edificado gracias a la visión de un fraile, San Ciarán junto a 8 compañeros.

En medio de este extraordinario emplazamiento, se encuentran las ruinas de una catedral, siete iglesias (de los siglos X al XIII), dos torres cilíndricas, tres cruces célticas y la mayor colección de losas de piedra cristianas de Europa Occidental.

Las cruces y lápidas que se pueden ver hoy al aire libre son réplicas de las originales, que se conservan en el centro de información. Nos cuentan que el Papa Juan Pablo II celebró una misa en este lugar en 1979, durante una visita a la isla.
 

Visita y degustación de Whiskey irlandés en la destilería Kilbeggan

Seguimos nuestra ruta hacia Dublín, pero también pasamos a conocer una destilería de whiskey. Quizás una de las más emblemáticas. En Kilbeggan, la destilería de Kilbeggan fue construida en 1757. Se cree que es la Destilería de whiskey con licencia autorizada para usar alambique más antiguo del mundo.

 
Durante casi 200 años, hasta que se clausuró en 1954, la destilería produjo whisky tradicional malteado utilizando un alambique para su destilación. Durante nuestra visita conoceremos el proceso de elaboración de la tripe destilación del Whiskey irlandés.

El proceso de elaboración del Whiskey se inicia haciendo germinar las cebadas seleccionadas; tras esta hidratación, una parte de las cebadas, se muelen, y para ello, esta destilería cuenta con una rueda de agua que data del siglo XIX y que mueve el resto de máquinas. Se rehidrata de nuevo y con lúpulo se deja fermentar durante 72 horas en tanques de fermentación de 9 metros de altura. A esta especie de cerveza, se la destila tres veces, lo que hace que sea método irlandés, y se deja envejecer en cubas y barricas de roble procedentes de Jeréz.

Cuando finaliza el tour, llega la hora de la cata, donde se puede degustar el famoso Whiskey irlandés de Kilbeggan, que bien puede ser solo, o como parte del famoso café irlandés, que se debe hacer con un buen whiskey irlandés.
 

Octavo día, regreso a Dublín y vuelta a España

Tras la visita, continuamos nuestro viaje hacia Dublín, donde hicimos noche, y al día siguiente, regresamos al aeropuerto, camino de España.
 

Mapa del recorrido de este viaje por los sabores de Irlanda

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Recomendaciones en caso de viajar a Irlanda por libre

Toma nota de estos recomendaciones, te podrían ser de interés, especialmente si decides realizar tu viaje por libre.

• La República de Irlanda o Irlanda está en la isla de Irlanda, donde el territorio norte de los condados del Ulter no pertenecen a este país y están bajo soberanía británica.
• El idioma oficial de Irlanda es el Irlandés o Irish; siendo el Inglés un idioma secundario, aunque bastante extendido.
• La religión predominante; un 87% de la población es cristiana católica.
• Las principales ciudades son Dublín, Cork, Galway y Limerick, aunque otras, más pequeñas como Kilkenny, Dingle o Nenagh también tienen su encanto.
• La población de Irlanda es de aproximadamente 5.000.000 habitantes.
• La moneda oficial es el euro, por lo que no necesitáis cambiar divisa.
• El horario oficial es una hora menos que en España.
• Pese a que Irlanda está en la Unión Europea, no está adscrita al Espacio Schengen, por lo que deberéis pasar por el control de pasaportes o DNI en el aeropuerto o en la entrada por barco a la isla.
• El clima de Irlanda es básicamente el típico clima insular suave, sin grandes cambios a lo largo del año y lluvias regulares, aunque no suelen ser prolongadas.
• Si has decidido viajar por libre, te resultará fácil disfrutar de Irlanda, además, porque no es un país peligroso. Puedes encontrar los mejores hoteles en Dublín aquí, en Kilkenny aquí, en Galway aquí, en Cork aquí, en Limerick aquí, en Dingle aquí, o en Nenagh aquí. Verás que no te defraudará.

 

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